La Cámara de Diputados retomará su actividad de los últimos meses del año con la discusión de temas claves como el Presupuesto 2012, la Ley de Tierras y el Digesto Jurídico
En un cuerpo que perfilará un nuevo realineamiento de sus bloques, marcado por los resultados electorales. Las primarias del domingo pasado aceleraron los reacomodamientos -habituales en cada proceso electoral- en el denominado «Grupo A» de bloques opositores y el peso de los resultados de esos comicios mostró los primeros coletazos en la Cámara baja.
Por ejemplo, en el bloque de la Coalición Cívica, Marcela Rodríguez formalizó su anunciado alejamiento y conformó un bloque unipersonal llamado Democracia Igualitaria y Participativa, lo que dejó a la fuerza que lidera Elisa Carrió con 18 diputados.
A su vez, el anuncio de la creación de un interbloque por parte del Frente Amplio y Progresista (FAP) materializará en el Congreso la división del hasta ahora llamado interbloque Proyecto Sur, que perdió a los legisladores que se pasaron a las filas que conduce el candidato a presidente Hermes Binner.
Por eso, Fernando «Pino» Solanas, Alcira Argumedo y Jorge Cardelli serán los únicos referentes parlamentarios de Proyecto Sur para esta última etapa del año.
Desde la semana próxima sus ex compañeros de bloque Claudio Lozano y Liliana Parada, de Buenos Aires para Todos; Victoria Donda, de Libres del Sur; y Eduardo Macaluse, Verónica Benas y Graciela Iturraspe, los referentes de Solidaridad e Igualdad, serán parte del interbloque del FAP.
Ahí confluirá también -además de la bancada del GEN de Margarita Stolbizer y del juecista Frente Cívico de Córdoba- la referente de Libres del Sur, Victoria Donda, compañera de bloque de Cecilia Merchán, quien esta semana anunció que no formará parte de ninguno de los interbloques, ni de Proyecto Sur, ni del FAP.
Esta condición de no pertenencia a ninguno de los bloques principales es cada vez más común en la Cámara baja: de los 36 bloques que integran el cuerpo, 16 son unipersonales y otros 13 tienen entre dos y cinco integrantes.
Si bien la campaña electoral hizo decaer la actividad parlamentaria, los diputados aspiran duplicar las sesiones en el último trimestre y sancionar proyectos considerados claves para el oficialismo, como el régimen de trabajadoras de casas particulares, el de medicina prepaga, lavado de dinero y emergencia para las zonas afectadas por el volcán Puyehue.
En los tres meses y medio de trabajo que le restan al Congreso, la opción que manejan los bloques pasa por trazar una «agenda de temas acordados», tal como sucedió en la reducida actividad de la primera parte del año.
Las pocas sesiones realizadas respondieron este año no sólo a la campaña, sino también a la marcada falta de acuerdo entre el oficialismo y la oposición, ésta última con mayor responsabilidad a la hora de reunir quórum debido a que en el amplio espectro de fuerzas que la integran reúne mayoría de diputados.
Los tironeos más evidentes se dieron en la negativa del «Grupo A» a acompañar al oficialismo en el avance del proyecto que declara de interés público la fabricación de papel para diarios, en la llamada Ley de Tierras y en la de Presupuesto.
Por el contrario, el kirchnerismo se opone al interés opositor en darle impulso parlamentario a las iniciativas referidas al acceso a la información o a la modificación del piso del Impuesto a las Ganancias.
La ley de Presupuesto, que ingresará el 15 de septiembre, ocupará el centro del debate legislativo en lo que resta del año, con el antecedente inmediato de la falta de acuerdo para aprobar el proyecto de gastos del año pasado.
Con mayor consenso, en cambio, aparecen los proyectos de trata de personas, fertilización asistida e identidad de género, estos dos últimos con tratamiento en comisión y acuerdo entre los diputados para avanzar a través de un dictamen único.
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