Es la primera visita de Estado de un presidente estadounidense desde 1997. El comercio entre ambas naciones está en un piso histórico… Antiestadounidense como pocas, la sociedad argentina se apresta a recibir hoy al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con la esperanza de que su visita ayude a conseguir dos objetivos: la reinserción internacional que busca el gobierno de Mauricio Macri y promover el ingreso de capitales norteamericanos en la necesitada economía local.
Al cierre de esta edición se aguardaba el aterrizaje de Obama, que hoy se reunirá en la Casa Rosada con Mauricio Macri, acudirá luego a la catedral metropolitana, dará una conferencia ante jóvenes y participará en un evento organizado por la cámara empresarial argentino-estadounidense (Amcham), para ser agasajado, a la noche, en el Centro Cultural Kirchner en una cena a la que asistirán 400 invitados, principalmente políticos de todos los colores.
El hecho es inusual. Hacía 19 años que no había una visita de Estado de un presidente estadounidense. El último había sido Bill Clinton, en 1997. En 2005 vino George W. Bush, pero no era visita oficial al país, sino para participar de la Cumbre de las Américas. Bush fue entonces recibido en la Rosada por Néstor Kirchner, mientras era vapuleado por Hugo Chávez e hinchada kirchnerista en el estadio mundialista de Mar del Plata.
El punto más resistido de la visita, al menos por un sector, será la visita de Obama al Museo de la Memoria (ex- Esma), junto a Macri, lo que sucederá mañana, para recordar a las víctimas de la dictadura.
Ayer, Nora Cortiñas (Madres de Plaza Mayo línea fundadora) se sumó al rechazo de Hebe Bonafini y a las extremas reservas de Estela de Carlotto. Otros organismos de derechos humanos aún no tenían definido ayer si asistirían o no a ese acto. Estados Unidos está acusado de ser el estructurador de los poderes que barrieron en los ’70 a gobiernos populistas de izquierda y del Plan Cóndor de coordinación represiva entre las dictaduras del cono sur. De ahí el pedido de desclasificación de archivos ya comprometido por el gobierno estadounidense.
Para la izquierda y el nacionalismo argentino, la visita de un presidente de Estados Unidos es molesta. Los especialistas no tienen una sola interpretación. Ya con la doctrina del entonces canciller de la república liberal Luis María Drago, en 1902, Argentina no descartó competir en la hegemonía americana. La frustración de esos proyectos, la injerencia estadounidense en ciertos momentos, la tradición de hacer política criticando a Estados Unidos desde el famoso “Braden o Perón”, alimentaron el rechazo.
Lo cierto es que la sociedad que recibirá a Obama es una de las más antiestadounidenses. Lidera el “antiamericanismo” en América latina, al menos entre los seis países que relevó Pew Research Center en 2015.
Entre los 39 países del mundo relevados, Argentina queda en el puesto ocho de aversión a los Estados Unidos cuando se “netean” las imágenes favorables y desfavorables. El 43 por ciento de los argentinos tiene una imagen negativa de ese país y otro 43 por ciento una imagen positiva. Sólo las poblaciones de países con viejos conflictos religiosos y económicos con Occidente o que disputan (China) o quieren disputar (Rusia) liderazgos con Estados Unidos tienen peor imagen de ese país que los argentinos.
¿Llegarán más inversiones porque venga Obama? Espacio hay. En 2014 el ingreso neto de inversiones extranjeras directas desde todos los países del mundo fue, según Cepal, de 6.612 millones de dólares, sólo el 10 por ciento de la cifra de Brasil y menos que un tercio de la cifra chilena. Dentro de esa sequía, los ingresos brutos de inversiones directas de Estados Unidos fueron la mitad de las europeas, según el Banco Central. El 40 por ciento de la inversión de Estados Unidos está concentrado en el petróleo y la energía. El gobierno de Macri tampoco ha anunciado un plan de privatizaciones que pueda atraer el récord de inversiones que llegó de Europa en los ’90.
Contra la colaboración entre ambos países hay una condena: todo lo que Argentina puede exportar con eficiencia, Estados Unidos lo produce en cantidades aun mayores (granos, carnes, biocombustibles, aceites). El estadounidense fue un imperio complementario de Argentina, a diferencia del Reino Unido de hace un siglo o de la China que asoma. Menos del 10 por ciento del comercio exterior argentino consiste en importaciones desde Estados Unidos o exportaciones hacia allí, según la Cámara Argentina de Comercio (CAC). Es el peor registro en 80 años.
Michelle Obama
Agenda. La primera dama de Estados Unidos se reunirá con jóvenes mujeres para debatir sobre la necesidad de ayudar a que adolescentes de todo el mundo puedan escolarizarse.
Fuente: La Voz
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