En el gobierno de Mauricio Macri calificaron como «excelente noticia» el cierre de listas, que dejó como escenario a tres corrientes del peronismo disputándose los votos opositores, entre ellas la que liderará la ex presidenta Cristina Kirchner
«Es un escenario que nos viene cómodo, similar al de las elecciones 2015. La diferencia es que en lugar de Aníbal Fernández está Cristina Kirchner», afirmó a La Nación un alto funcionario con despacho en la Casa Rosada. Sin declaraciones públicas durante la jornada, en la mesa chica del Gobierno creen factible un triunfo de la fórmula que encabezan Esteban Bullrich y Gladys González en la provincia de Buenos Aires, por Cambiemos, y ubican a la ex presidenta en torno a los «treinta puntos» según las últimas encuestas.
«Nosotros podemos llegar a 36, 37 puntos, y ganar la provincia. Pero depende de hacer o no las cosas bien», agregaron en el comité de campaña. Para evitar críticas por mezclar gestión con política, ni la gobernadora María Eugenia Vidal ni los candidatos a senadores y diputadas de todo el país comenzarán las recorridas antes del 14 del mes próximo, fecha del inicio formal de la campaña para las elecciones primarias del 13 de agosto, según lo prevé la legislación.
El panorama optimista de la pelea bonaerense se completa con el conglomerado encabezado por Sergio Massa (1 País) y la presencia en el tablero electoral de Florencio Randazzo (Cumplir). «Massa está estancado en los veinte puntos, le va a costar superar ese techo. Y por suerte juega Randazzo», se sinceró otro funcionario, que especula con el «siete u ocho por ciento” que Randazzo puede quitarle a Cristina en las PASO.
La presencia de economistas en las listas de Cristina y Massa no es, al menos en las declaraciones en reserva, motivo de alarma. «La economía, sacando a sectores que la están pasando mal, no va a ser un eje central de campaña», afirmaron cerca del jefe de Gabinete, Marcos Peña, responsable de la campaña nacional de Cambiemos y de las decisiones trascendentes en la confección de las nóminas de candidatos.
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El Gobierno pretende instalar la dicotomía «pasado vs futuro» en la campaña, pensando en Cristina como su principal oponente. Habrá un gran despliegue de obra pública, sobre todo en el conurbano, para mostrar mejoras concretas, y Vidal tendrá una actividad casi constante. «Va a ser Cristina contra María Eugenia», vislumbran.
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