Un temor comenzó a generalizarse en la Casa Rosada: el goteo constante de reclamos sociales podría derivar en un sostenido desgaste de la autoridad presidencial después de varias protestas contra el Gobierno que lograron ganar las calles
Con ese eje y la preocupación que causó la sublevación en las fuerzas de seguridad, Cristina Kirchner replanteó la estrategia en medio de la crisis, dijeron fuentes oficiales. Hasta anoche no había encontrado una salida.
Hacia afuera, tanto los funcionarios como los dirigentes del kirchnerismo hablaban de un intento desestabilizador. Pero hacia adentro, la mayoría de los colaboradores presidenciales reconocían el error que contenía el decreto que terminó por rebajar los salarios en las escalas de menores ingresos de la Prefectura y la Gendarmería.
La preocupación fue creciendo en el Gobierno a medida que escalaba el conflicto y obligó a la Presidenta a protagonizar un hecho totalmente inusual: debió cruzar en auto por entre las fuentes de agua que dan a la calle Balcarce, desde Hipólito Yrigoyen hacia Rivadavia, al revés de lo habitual, para evitar que la vieran desde el edificio de la Prefectura Naval.
Menos aún se animó a llegar a la Casa Rosada en helicóptero y posarse frente al foco de la protesta. Anoche, seguía en su despacho pasadas las 23, intentando buscar una salida.
Fuente La Nación
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