El radical apuesta al economista ligado a Duhalde y Lavagna para tratar de juntar los retazos del peronismo disidente. Se apresuró a presentarlo para minimizar el impacto de la ruptura con el socialismo.
Para cortar el impacto de la ruptura con el socialista Hermes Binner, el candidato presidencial de la UCR, Ricardo Alfonsín, anticipó anoche que su compañero de fórmula será el dos veces presidente del Banco Central durante el menemismo, Javier González Fraga. En una decisión sorpresiva, el alfonsinismo anunció que completará el binomio con el economista peronista vinculado a Eduardo Duhalde y Roberto Lavagna. La revelación se produjo el mismo día en que la cúpula de la UCR se reunió con los socialistas para formalizar la ruptura del Frente Progresista. «Alfonsín tenía ganas de contar con un compañero con solvencia técnica en el ejercicio del gobierno y se volcó por un especialista en políticas de desarrollo y políticas contra la pobreza», sostuvo uno de los hombres que compartió la decisión.
Alfonsín lo resolvió ayer por la tarde, luego de dar por concluida el martes su relación con los socialistas. Según fuentes del riñón alfonsinista, hace unos días lo llamó por teléfono, le pidió una reunión y le propuso la vicepresidencia. El diputado radical lo había empezado a tratar en 2007 y recuerda que su primer cargo en la función pública fue en el gobierno de su padre, Raúl Alfonsín. «Estamos conformando una fórmula que pretende ganar las elecciones para poder aportar a solucionar los problemas de los argentinos», sostuvo el hijo del ex presidente durante el anuncio.
Antes de llegar a González Fraga se habían barajado otros nombres como el de Graciela Ocaña o Felipe Solá. Sin embargo, el que más entusiasmo generaba era el de Roberto Lavagna, ex ministro de Economía y ex candidato presidencial en 2007, en alianza con la UCR. En aquel momento Lavagna mostraba a González Fraga como su eventual ministro de Economía. Primero hubo conversaciones con él, pero no llegaron a buen puerto. El ex funcionario de Duhalde y Néstor Kirchner terminó rechazando el ofrecimiento públicamente.
Uno de los dirigentes a los que Alfonsín les transmitió personalmente la noticia fue Francisco de Narváez. El radical lo llamó por teléfono y De Narváez recibió con beneplácito su decisión. Aunque le dio plena libertad para elegir a su compañero, González Fraga cumple con la frase que emitió el Colorado semanas atrás: «El progresismo está suficientemente representado por Alfonsín».
Este sábado será la presentación en sociedad del acuerdo Alfonsín-De Narváez. Compartirán un acto en La Plata, donde se mostrarán juntos por primera vez. Será un plenario de dirigentes de Unión Celeste y Blanco en el Club Atenas, al que fue invitado Alfonsín. Sin el GEN de Margarita Stolbizer, el acuerdo con De Narváez sería para que compita por la gobernación y no en una lista de adhesión como habían planificado originalmente.
«Me entusiasma la tarea y la idea de participar en esta lucha por reestablecer los valores republicanos. Esta es la puerta de solución para los otros problemas del país. Voy a estar comprometido en la lucha contra la pobreza», dijo González Fraga en un breve diálogo con la prensa en el departamento de la avenida Santa Fe que era de Raúl Alfonsín. El economista fue presidente del Banco Central durante los dos primeros años del menemismo y luego se distanció del gobierno. En 2007 había sido mencionado como candidato a jefe de Gobierno por el duhaldismo pero finalmente la aparición de Mauricio Macri abortó el plan (ver aparte).
Además del perfil técnico y su experiencia en materia económica, González Fraga le aporta al radicalismo un guiño para el peronismo disidente. La estrategia radical dio un golpe de timón tras la ruptura con los socialistas y ahora se encamina a juntar detrás de Alfonsín todos los retazos del PJ disidente a través de acuerdos distritales. En el olvido quedaron los sueños de un frente nacional con el socialismo, el GEN y la Coalición Cívica.
Además de llamar a De Narváez, Alfonsín se comunicó con Julio Cobos y Ernesto Sanz, con quienes compartirá un acto el sábado en Córdoba. Por primera vez desde la frustrada interna del 30 de abril, los tres dirigentes radicales se mostrarán juntos.
Qué lástima pero adiós
Radicales y socialistas sellaron el fracaso del frente nacional en un encuentro secreto en el departamento de uno de los operadores más cercanos a Alfonsín. Las cúpulas de ambos partidos se juntaron para formalizar la ruptura, desencadenada por el acuerdo con De Narváez en la provincia de Buenos Aires. Hubo momentos de tensión, pases de factura cruzados y un último reclamo de la UCR: saber si el gobernador Hermes Binner se va a lanzar finalmente como candidato. Los socialistas adelantaron que no había todavía una definición y que lo resolverá el congreso partidario del 11 de junio. «Nosotros esperamos que apoye desde afuera, pero si se lanza, lo vamos a hacer cagar porque él nos traicionó», amenazó furioso un importante dirigente alfonsinista, en diálogo con Página/12.
Hasta el propio Alfonsín estaba fastidiado ayer con el tema de la separación. «No quiero hablar más de cosas que no le interesan a la gente», sostuvo al salir de la presentación de un libro de Rodolfo Terragno. Luego corrió ansioso hacia su auto y se dirigió al departamento donde más tarde tendría la foto con su flamante compañero de fórmula. El anuncio formal será el próximo miércoles, en el histórico edificio de la calle Alsina.
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