Se lo contó ayer a Clarín Micaela Polivoy, antes de declarar ante el juez. Dice que seguirá yendo a fiestas, pero que “nunca más” volverá a consumir.
Cuando Micaela Polivoy (20) despertó del coma farmacológico y pudo comunicarse, más de 10 días después de la trágica Time Warp, le habló a su mamá Martha del “chico de rastas”. “Fue lo primero que se me vino a la memoria y que intenté decirle desde el Hospital Fernández: que ese chico me había dado de tomar un líquido rojo y me había robado el celular”, le contó ayer por la mañana a Clarín la única mujer sobreviviente de la fiesta electrónica que en la madrugada del 16 de abril –hace ya cuatro meses– terminó con cinco jóvenes muertos por intoxicación y otros cinco heridos graves. La joven dio por primera vez una entrevista cara a cara y lo hizo ayer a la mañana, minutos antes de declarar en Comodoro Py. La causa está a un paso del juicio oral (ver página 31).
Si bien la chica apuntó a este hombre, que le habría dado el éxtasis líquido o GHB que se encontraba en su organismo –según arrojaron los resultados toxicológicos que se le realizaron– también reconoció haber consumido por su cuenta “una pastilla de éxtasis” que le suministró “un amigo de una amiga”.
“A las 12 de la noche, entramos con mis amigas. Y a la 1 tomé la pastilla de éxtasis”, relató Micaela. “Suelo ir a fiestas electrónicas pero no consumir. Esa había sido la segunda vez que tomaba”, siguió la joven, que asegura que para las 3 de la madrugada el lugar se llenó y el calor se tornó insoportable. “Al rato, quise salir. Me separé de mi grupo y empecé a caminar por un pasillo, tenía una botella de agua en la mano pero se me perdió. Entonces, un tumulto de gente se me vino encima”, agregó. De ahí en más, sólo recuerda “flashes”. “Uno de ellos, es del chico de rastas, que me da este líquido rojo de tomar y se lleva mi teléfono”, resumió Polivoy que tiene de testigo a una chica de Bahía Blanca, que la ayudó y resultó clave para que llegara rápido a la ambulancia que la llevó hasta el Hospital Fernández. “Ella notó que algo pasaba y se acercó. Según me dijo, el chico de rastas le aseguró que estaba conmigo y que no la necesitaba, que se fuera. Por suerte, se quedó”, aportó.
Durante la testimonial, que arrancó a las 9 de la mañana de ayer y se extendió por una hora y media, Micaela compartió este relato con los funcionarios judiciales, según sostuvo su abogado Héctor Silveira a la salida de los Tribunales. “Cuando llegamos a Comodoro Py, nos encontramos con una persona del estudio de Burlando y otra de Energy Group (empresa que comercializa el agua “Block”), que querían estar presentes en la declaración. Esto finalmente no ocurrió, esperamos todos afuera y Mica entró sola. Después nos contó que el juez Sebastián Casanello pasó a saludarla”, detalló Silveira, que también remarcó que dejaron en claro que no se presentarán como querellantes en la causa, ya que su prioridad es “preservar a Micaela y alejarla lo antes posible de esta situación”.
Su declaración tuvo lugar justamente a los cuatro meses de la dramática madrugada, que concluyó con ella conectada a un respirador y al borde de la muerte. A pesar del paso del tiempo y de su notable mejoría –estuvo casi un mes internada, entre el Fernández y el Cemic, y de milagro no le quedaron secuelas– aún continúa en tratamiento. “Terminé con la rehabilitación motora, estoy recuperando fuerza pero todavía falta. Por lo que me pasó, bajé 15 kilos”, explicó Polivoy que sigue procesando lo ocurrido con la asistencia de psicólogos y psiquiatras.
Además, poco a poco intenta retomar sus rutinas. En este sentido es que está volviendo a estudiar. Le quedan cuatro materias para terminar el secundario y empezar la carrera de Psicología. Y, según le contó a este diario, también volvió a salir. “Fui al cumpleaños de una amiga, que lo festejó en un boliche. No tuve miedo, estoy mucho más atenta. Lo que sí me preocupó fue la mirada de los otros”, confesó Micaela, que afirma que seguirá frecuentando fiestas electrónicas aunque tiene claro que “nunca más” volverá a consumir.
Ag. de Noticias: Clarín
Comentar post