Diez niños y adolescentes, de entre 11 y 17 años, de nacionalidad boliviana que eran obligados a trasladar mercadería, cargando bultos de hasta 50 kilos en sus espaldas, entre la provincia de Jujuy y el país limítrofe fueron rescatados en un operativo de la Gendarmería Nacional en la que se detuvo a seis personas acusadas de explotar a los menores de edad. Los niños eran contratados por el Sindicato de Estibadores de Villazón.
En otro operativo se encontró a chicos que trabajaban como «ajeros» en Mendoza. Los niños, seis mujeres y cuatro varones, fueron entregados al consulado de ese país para ser restituidos a sus familiares. El operativo estuvo a cargo de efectivos del Escuadrón 21 «La Quiaca», en momentos que realizaban tareas de control migratorio en el paso fronterizo. Los gendarmes observaron que en la conocida como pasarela de exportación, integrantes del Sindicato de Estibadores de Villazón (Bolivia) empleaban a niños y adolescentes para el transporte de bultos grandes con mercadería.
Los menores de edad recorrían un trayecto de 600 metros, cargando en sus espaldas volúmenes de entre 25 y 50 kilos. Durante el operativo, Gendarmería secuestró un total de 20 kilos de manzanas, 20 kilos de naranjas, 200 kilos de harina, 56 botellas de vino y 2 cajones de cerveza.
El 2 de marzo, siete niños y adolescentes, de entre 8 y 15 años, que pelaban ajos en una finca del departamento mendocino de Tunuyán, fueron rescatados en un operativo realizado por inspectores de la subsecretaría de Trabajo y Seguridad Social de la provincia cuyana.
Los menores de edad eran explotados en la Cooperativa Gualtallary, que había sido sancionada en 2010 por el mismo delito, reportó el ministerio de Gobierno de Mendoza. Las víctimas de la explotación cumplían tareas que «pueden provocar, como mínimo, serias tendinitis» y consecuencias físicas en la adultez, explicaron fuentes del ministerio mendocino.
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