El Gobierno bonaerense reveló que un hombre marcó en un mapa el lugar donde estarían los restos del testigo desaparecido en 2006. Cautela familia
Una persona con identidad reservada dice conocer el paradero de Jorge Julio López, el sobreviviente de la dictadura que desapareció en 2006 mientras se realizaba el juicio contra el represor Miguel Etchecolatz. La aparición de este testigo fue confirmada ayer por el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal. En tanto, Rubén López, hijo de Julio, afirmó que la familia toma cualquier testimonio con fe de que sea real y subrayó que mantiene la esperanza de saber lo que paso, aunque no sea la mejor noticia.
La declaración del testigo de identidad reservada, quien habría marcado en un mapa el lugar donde están enterrados los restos de López, fue presentada por escrito ante el personal del Área de Personas Desaparecidas del Ministerio de Justicia y Seguridad de Buenos Aires y entregada de inmediato al fiscal federal Hernán Schapiro.
Casal detalló que el lunes pasado una persona se entrevistó con él y le informó que tenía datos para ubicar el paradero de Jorge Julio López. El funcionario añadió que el Área de Personas Desaparecidas puso en práctica el protocolo que marca la reglamentación y que luego se puesto a disposición de la Justicia federal toda la documentación y los datos con reserva que aporto el declarante.
Alejandro Sánchez Kalbermatten, abogado de la persona que aportó los datos para dar con Julio López, confirmó ayer la información brindada por Casal y adelantó que en las próximas horas podría haber novedades importantes en la causa. «Nosotros hicimos de puente para que esta persona pueda testimoniar sin peligro para poder dar con el paradero de este señor, que se presume que está muerto», añadió el letrado.
Operativo en marcha. Aunque no trascendieron los detalles del testimonio, el fiscal federal Hernán Schapiro escuchó ayer la versión de los hechos que dio la persona y se disponía a realizar una serie de diligencias para saber si había certezas en sus dichos.
Por su parte, y tras reunirse con Casal, Rubén López adelantó que ya se puso en marcha las tareas de rastrillaje en la zona marcada por el testigo de identidad reservada como el sitio en el que pueden estar los restos de su padre. «Ya se está preservando el lugar, pero por ahí no se puede empezar a excavar porque va a haber poca luz natural. Están evaluando poner luz artificial, pero no se sabe», indicó.
Rubén afirmó en varias ocasiones que es «imposible» que su padre esté vivo. Y ayer volvió a hablar abiertamente en ese sentido. «Esperemos que esto sea el principio del final, aunque no sea la mejor noticia la que escuchemos. Vivimos una gran angustia e impotencia porque no podemos empezar el duelo. Eso es para nosotros la imagen de la persona desaparecida. No sabemos dónde llevarle una flor, dónde ir a verlo. No tenemos un lugar, un espacio donde rendirle un homenaje», añadió.
Muchas vueltas y ningún resultado. Tras la desaparición de López, la causa se encuadró como «averiguación de paradero» en la Justicia bonaerense. Un año y medio más tarde el expediente pasó al ámbito federal, que la tipificó como «desaparición de persona».
En setiembre de 2009, al cumplirse tres años de la desaparición del albañil, organismos humanitarios denunciaron ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación el retraso y la denegación de justicia en la causa, y apuntaron a jueces, fiscales y fuerzas de seguridad.
Un año antes, la familia de López había reclamado que se investigara a los funcionarios judiciales que participaron en el juicio contra Etchecolatz y a las abogadas que convocaron al testigo.
La desaparición de López se ha convertido en un hecho político y en una causa símbolo de los derechos humanos en el país.
Cronología de una desaparición
» Julio López desapareció de su domicilio el 18 de setiembre de 2006, el mismo día en que comenzaban los alegatos de la querella en el juicio contra el ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense durante la última dictadura militar, Miguel Etchecolatz.
» El albañil fue testigo clave en ese debate. En su testimonio reveló que estuvo secuestrado del 21 de octubre de 1976 hasta el 25 de junio de 1979 y alojado en centros de detención que dependían precisamente de Etchecolatz.
» Al momento de desaparecer, López tenía 77 años. Fue poco después de salir de su casa, cuando se dirigía a la audiencia de ese proceso judicial, el cual culminó con la condena del represor.
» A más de cuatro años de su desaparición, el Gobierno bonaerense ya elevó a 1,5 millón de pesos la recompensa para quien aporte datos fehacientes que permitan saber qué pasó con el hombre.
» Organismos de derechos humanos sostienen que su desaparición fue un mensaje de represores para todos aquellos testigos que puedan aportar datos en juicios de lesa humanidad.
» Hasta ahora, todas las investigaciones y diligencias judiciales que se hicieron para localizarlo fueron infructuosas. La causa no tiene una sola pista firme que lleve a identificar a los autores.
» Al principio, el Gobierno nacional (con Néstor Kirchner en la presidencia) dispuso un inusual despliegue para dar con el paradero del hombre. Ese impulso se esfumó.
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