Despidos: murió una empleada del INTA en plena negociación por su continuidad laboral. Sus compañeros aseguran que «las políticas de ajuste de este Gobierno nos están matando». También le quita trabajo a las Cooperativas.
Melisa Bogarin tenía 30 años, era empleada del plan Pro Huerta, que nació de un convenio entre el Ministerio de Desarrollo Social y el INTA y, como muchos de los trabajadores del Estado, vivía desde hace 120 días con la constante incertidumbre de si iba o no a ser «una cesanteada más» ya que su régimen laboral era, como el de la gran mayoría de los estatales, bajo contrato.
Desde hace más de 8 años desempeñaba tareas de comunicación en el programa pero trabajaba, como muchos otros de sus compañeros, en una situación de precariedad laboral. Hasta donde sabía, tenía empleo asegurado pero sólo por tres meses más. Por este motivo, ella y sus compañeros decidieron escribir una carta a las autoridades del INTA para pedir su pase a planta permanente y así asegurar su continuidad laboral.
El martes pasado, en una reunión con las autoridades del INTA, Melisa estaba decidida a plantear su pase a planta permanente pero antes de poder hacerlo se descompensó, sufrió un paro cardíaco y murió cuando era trasladada hacia el hospital.
Su marido, Germán, estaba en una situación similar: él es trabajador de la Secretaria de Agricultura Familiar de la Nación y, día a día, vive con la incertidumbre de si mañana tendrá o no trabajo. En dicha secretaria, según aseguraron los propios trabajadores al Destape, ya hubo más de 200 despidos a nivel nacional y, pese a que Germán no recibió aún un telegrama de despido, «hay listas negras que circulan en las que su nombre está escrito». «Lo van a despedir», aseguran.
Marcelo Ruesta, uno de sus compañeros de trabajo, explicó cómo la precariedad laboral de Melisa y la estresante situación laboral de su marido llevaron a que la joven sufriera un paro cardíaco: «Ninguno de los dos se había quedado sin trabajo pero había, constantemente, una amenaza directa y esa incertidumbre genera estrés, desequilibrio familiar y es lo que causó su muerte», aseguró.
«A nosotros, los trabajadores de la Secretaría, nos duele todo el cuerpo por toda la injusticia que vivimos y todo lo que nos está pasando. Estamos todos los días chequeando si no nos llegó un telegrama»,agregó mientras contó que el marido de Melisa pide «que sigamos luchando porque estas políticas nefastas del gobierno nacional nos llevan a una situación de violencia psicológica que causa muertes».
En una carta abierta, los compañeros de Melisa denuncian que «las políticas de ajuste que esta llevando adelante este gobierno, las formas en que lo hace, la complicidad de los medios, la reproducción en millones de voces civiles… nos están matando».
Ola de despidos: ahora el Gobierno le quita el trabajo a las cooperativas
En distintos ministerios reemplazaron el trabajo de las textiles por bienes que provienen del exterior. «De un día para otro, nos dijeron que no nos van a comprar más nada», denuncian los trabajadores
Desde el 2003, las cooperativas textiles y el Estado nacional mantuvieron una relación estrecha: por una decisión gubernamental, los distintos ministerios tenían como proveedores a ese tipo de organizaciones y a ellos les compraban guardapolvos, chalecos antibalas o remeras para las fuerzas de seguridad, por ejemplo.
Sin embargo, tras la llegada del «cambio» al poder, la Red Textil Cooperativa (que agrupa a empresas asociativas de la Argentina y forma parte de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo), denuncia que el Gobierno no les encargará nada más.
Joaquín Fernandez Sancha, presidente de la entidad, contó cómo, desde la asunción de PRO, todo cambió. «Nosotros trabajábamos para diferentes ministerios. Al de seguridad, por ejemplo, le vendíamos chalecos antibalas o camisas para la Policía Federal, Gendarmería y Aeronáutica pero desde que asumió Patricia Bullrich nos dijeron que las cooperativas no van a seguir siendo contratadas como proveedoras», precisó.
«Desde principio de año que nosotros tenemos contacto con la gestión actual pero ahora, al momento de comprarnos las cosas, nos dijeron que vamos a dejar de ser los proveedores porque van a comenzar a importar«, aseguró mientras contó que Israel es uno de los lugares que eligió el nuevo gobierno para hacer compras en el exterior.
De hecho, en dicho país el Ministerio de Seguridad decidió comprar los chalecos antibalas pero, según pudieron averiguar los trabajadores, no pasaron las pruebas balísticas de Argentina y, por ello, Bullrich deberá volver a la idea de comprar en industria nacional. Sin embargo, los cooperativistas denuncian que aún si esto sucediera, a ellos no los llamaron para volver a ser los proveedores: «Hay muchas empresas privadas a quienes les pueden comprar», afirman.
Ahora bien, ¿es un caso aislado? ¿Sólo la ministra Bullrich decidió quitarle el trabajo a las cooperativas? Según los trabajadores, la respuesta es no. «Con el Ministerio de Desarrollo Social nos pasó algo similar: solíamos fabricar un millón de guardapolvos por año y ahora no tenemos ni siquiera una orden de compra. En Educación lo mismo: hacíamos los muñecos de Paka Paka y nunca más nos llamaron».
«Es una decisión del Estado», asegura Fernández Sancha, quien también se muestra indignado por cómo los ilusionó el nuevo gobierno: «Tuvimos relación con ellos desde que asumieron pero el martes,cuando nosotros tuvimos que llamar para averiguar cuándo nos iban a comprar, nos dijeron que no lo van a hacer más. Fue de un día para otro: nos habían ilusionado y generado expectativa y ahora no nos atiende ningún funcionario».
Con esta decisión, el PRO volvió a quitarle el trabajo a más de 300 trabajadores ya que, sólo con el Ministerio de Seguridad, había 15 cooperativas involucradas de, aproximadamente, 20 trabajadores cada una.
Esta resolución del PRO se suma a una persecución del gobierno a los trabajadores nucleados en estas organizaciones ya que, según pudo averiguar este medio, están sufriendo inspecciones abruptas, con hombres que sacan fotos y le buscan, en criollo, «la quinta pata al gato» para cerrar el lugar.
Fuente: Ag. Noticias (Dt)
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