La organización no gubernamental Yo te ayudo brinda raciones nocturnas a indigentes tres veces por semana. En la explanada de la Catedral colocan mesas y sillas. Piden un lugar para instalar un comedor donde la gente pueda comer dignamente.
La organización no gubernamental (ONG) Yo te ayudo asiste tres días a la semana a aproximadamente 200 personas que viven en la calle, ofreciendo una cena en la explanada de la Catedral de la ciudad de Córdoba. Hoy piden al Gobierno un espacio para que funcione como comedor y los indigentes puedan sentarse a una mesa para comer.
Yo te ayudo nació desde el corazón de Luis Almada, un excartonero que durante 10 años junto a su mujer y sus siete hijas supieron lo que era vivir con lo justo y en condiciones muy precarias en barrio Nueva Italia.
Tras su incansable trabajo y lucha por conseguir una mejor calidad de vida para su familia, logró conseguir un trabajo estable y luego ir progresando hasta hoy ser dueño del “parripollo que más vende” sobre la avenida Alem, según dice convencido Luis.
“Nosotros empezamos con mi familia a darle asistencia a personas en situación de calle, no somos ni un grupo religioso ni político. El invierno pasado después de una nota en la televisión se sumó gente de todos lados, hoy somos 40 personas”, contó Luis.
Los voluntarios de Yo te ayudo cocinan en el local gastronómico de Luis y llevan las raciones en una camioneta hasta la explanada de la Catedral, donde los lunes, martes y miércoles a las 20, alrededor de 200 personas los esperan para poder cenar.
Hoy lucha por conseguir un espacio en el Centro o cerca, para poder darle de comer a las personas en situación de calle que se encuentran en la zona.
El hombre cuenta que durante 2013 se contactó con autoridades municipales, provinciales, nacionales y de la Iglesia, y aún no tuvo respuesta.
El proyecto de Yo te ayudo es abrir un comedor nocturno donde se los pueda censar, hacer una revisación de salud y desde allí derivarlos a distintos refugios. La organización calcula que hay aproximadamente 300 personas en situación de calle sólo en el Centro.
Piden una oportunidad
Los protagonistas de la obra que realiza Luis son aquellos que todas las noches duermen bajo algún puente, en un banco de plaza o en la entrada de algún edificio.
Cristian tiene 22 años, pronto va a ser papá de mellizas y duerme con su mujer en el Paseo Sobremonte. “A veces he conseguido hacer algunos trabajos, pero en la mayoría te piden certificado de buena conducta y no lo puedo conseguir. Hay que caminar mucho para conseguir algo, antes estuve trabajando en un comedor en la bacha y después me pasaron a la cocina”, cuenta Cristian.
Cristian vende tarjetas y limpia vidrios. Le preocupa conseguir dinero para comprar el cochecito para los dos bebés antes del 10 de mayo, fecha posible de nacimiento de sus hijas. “El Luis vino un día y dijo que iba a empezar a venir lunes, martes, miércoles y viernes y siempre nos cayó, siempre vino con la comida”, aseguró el joven.
Julio Torres es uno de los más grandes del grupo, tiene 54 años pero sólo hace ocho que duerme en la calle. Él conoció lo que era tener una casa y trabajo, pero luego las cosas en su vida se complicaron.
“A veces por ahí ando bien y por ahí ando mal, no estuve los ocho años en la calle pero conozco mucho a la gente que vive en la calle”, sostiene Julio quien es vendedor ambulante y cuando las ventas andan bien se alquila una habitación en una pensión.
“Vendo soquetes, CD, DVD, lo que sea. Pero como está prohibido uno corre el riesgo de invertir y luego que te lo decomisen”, indica el hombre.
Julio explica que la mayor urgencia, además del espacio para cenar, es que haya más lugares donde dormir porque los pocos albergues nocturnos están saturados y otros tienen restricciones como que deben ser mayores de 40 años, tener DNI o ser del interior.
Fuente: La Voz
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