Cruces y tensión en la primera audiencia, para evitar ser fotografiados, imputados exhibieron libros sobre la subversión, y cuestionaron que el público mostrara imágenes de desaparecidos
Hubo gritos e interrupciones, y el Tribunal echó de la sala a los revoltosos. La lectura de la acusación llevará 7 días.
A las 11.30 de la mañana, y en un clima de tensión que eclosionó en los primeros minutos de la audiencia, comenzó en Tribunales Federales el juicio por los delitos de lesa humanidad cometidos entre 1975 y 1977 en el centro de detención y tortura La Perla.
La Sala de audiencias se vio colmada con 40 de los 44 imputados (uno de ellos, Aldo Cecchi, se suicidó días atrás), decenas de familiares de las 417 víctimas, miembros de la Fiscalía, querellantes, defensores particulares y asesores letrados, policías, prensa, y el Tribunal Oral Nº 1 integrado por el presidente, Jaime Díaz Gavier, y los vocales Julián Falucci y José Quiroga Uriburu.
Desde el penal de Ezeiza, Luciano Benjamín Menéndez, Ernesto Barreiro, Héctor Pedro Vergez y José Andrés Tófalo, todos militares, siguieron el juicio vía teleconferencia. Lo incidentado de la primera jornada y la actitud de mostraron algunos de los imputados dejó entrever que el Tribunal no contará con la colaboración de los represores para encontrar la verdad de lo sucedido en La Perla. Y también, que los acusados sienten poco o ningún respeto por la justicia a la que están siendo sometidos a 36 años de sus crímenes.
El histórico juicio a los presuntos responsables de los secuestros, torturas y asesinatos que tuvieron como epicentro el centro clandestino de detención La Perla, a la vera de la ruta 20, comenzó ayer en la sala de audiencias de Tribunales federales de Córdoba, en un clima de tensión que incluyó cruces entre las partes e intervenciones sancionatorias de los jueces (Participá en la encuesta).
Antes del inicio de la audiencia, que comenzó con más de una hora de retraso, algunos de los 45 imputados que tiene la causa, que estaban presentes en la Sala, se taparon sus rostros con libros sobre la subversión para evitar ser fotografiados por la prensa.
El primer incidente se produjo a minutos de iniciarse el debate, cuando el defensor oficial de varios imputados, Juan Carlos Belagardi, pidió al Tribunal que, a pedido de sus representados, se retiren del recinto las tradicionales fotos de los desparecidos y los claveles rojos que portaban familiares de las víctimas y miembros de organismos de Derechos Humanos, por considerarlos “símbolos agraviantes” para los imputados. La cuestión fue respondida por titular de la Unidad de Coordinación y Seguimiento de las causas por violaciones a los derechos humanos de la Procuraduría General de la Nación, Jorge Auat.
Expectativas. Para Díaz Gavier, este proceso echará luz sobre una época muy oscura y dura de la Argentina. El presidente del Tribunal Oral Federal N° 1 consideró: “Habrá que ver qué responsabilidad le cabe a cada uno de los imputados; pero lo que sí es cierto es que el proceso es histórico”.
Sobre la ausencia del exjefe del Tercer Cuerpo de Ejército (y principal imputado) Luciano Benjamín Menéndez, Díaz Gavier dijo que seguirá las instancias del juicio “por videoconferencia, como fue reglamentado por la Corte Suprema”.
En tanto, el secretario de Derechos Humanos de la Nación y ex abogados de la Agrupación Hijos, Martín Fresneda, estuvo presente en la audiencia y dijo que la mayor expectativa del juicio “está ligada con la sustracción de menores y, al mismo tiempo, a descubrir los enterramientos clandestinos que hubo en Córdoba y que hasta ahora nunca se conocieron”.
En este sentido, uno de los casos emblemáticos que podría develarse es el de la sustracción del nieto de Sonia Torres, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo-Córdoba, quien también estuvo ayer en el debate inaugural.
La abogada de Abuelas, María Teresa Sánchez, señaló que este proceso provoca satisfacción porque se trata del primero que abordará la sustracción de menores en Córdoba. “Es una satisfacción –afirmó– que después de más de 36 años se pueda ventilar en la Justicia de Córdoba un caso de sustracción de menores, y que nuestra sociedad pueda conocer todos los engranajes que se movieron en el plan sistemático de exterminio de personas”, señaló la letrada.
Lectura de la acusación
El acto procesal que se cumplió ayer (cuando el TOF1 logró imponer el orden en la sala) fue la lectura de la acusación de las causas “Rodríguez”, “Manzanelli” y “Ríos y otros”. La primera de ellas investiga el secuestro y asesinato del joven Diego Hunziker, estudiante secundario de la Escuela preuniversitaria Manuel Belgrano.
Hasta ahora, son 17 las causa que integran la mecacausa La Perla pero, según anunció ayer Díaz Gavier, durante el proceso se sumarían otras tres causas más.
Se estima que la lectura de todo el cuerpo de la acusación insumirá una semana, dado la cantidad de hechos y víctimas.
VOCES
• La rectora de la UNC, Carolina Scotto, destacó que “este juicio fue muy esperado por toda la ciudadanía de Córdoba, y haber llegado al comienzo del proceso genera expectativas en cuanto al cierre de una etapa violenta de un terrorismo de Estado que ha dejado un terrible trauma en la sociedad”.
Asimismo, dijo que si bien “hay aún muchas víctimas que esperan justicia, este es un gran paso y se sigue trabajando para cerrar esa etapa de impunidad”, resaltó Scotto antes de ingresar a la Sala de Audiencias del juicio.
• Emilia D’Ambra, titular de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba, fue una de las primeras en arribar a los Tribunales Federales y manifestó que “a pesar de que este juicio llega tarde, lo importante es que el día ha llegado y con esto ya nos hace sentir que no hemos luchado en vano todos estos años”. “Tenemos esperanza de que en este juicio, que sin ninguna duda es histórico para Córdoba, no sólo se sigan esclareciendo los hechos que ocurrieron durante la dictadura, sino que avancemos en el destino de los desaparecidos”, manifestó la dirigente.
Libros. Antes del inicio formal de la audiencia, cuando se autorizó a fotógrafos y camarógrafos ingresar a la sala para obtener imágenes, varios de los imputados se taparon sus rostros con libros y publicaciones relacionados con la subversión. Miguel Ángel “Gato” Gómez se cubrió la cara con el texto El Vietnam argentino. En la tercera fila, Carlos Yanicelli lo hizo con el libro El negocio de los derechos humanos; Yamil Jabour, con el texto Los traidores, y Juan Eduardo Molina, con Los secretos de La Tablada.
Reclamo. Algunos de estos imputados se quejaron luego de que el público exhibía fotos de desaparecidos y flores rojas, y lo plantearon al tribunal.
Gritos. Cuando un fiscal reprobó el pedido, el expolicía Luis Lucero se quejó a los gritos y fue reprendido por Díaz Gavier: “Señor, cállese, llámese al silencio. No me obligue a tomar medidas más severas”. Pero las quejas siguieron hasta que los revoltosos fueron retirados de la sala.
Las claves
Megacausa. El juicio de La Perla acumula 16 causas que investigaron secuestros, torturas, desapariciones, robo de bebés y asesinatos cometidos en el centro clandestino de detención que funcionó durante la dictadura militar a la vera de la ruta 20.
Carátula. “Menéndez, Luciano Benjamín y otros por supuestos autores de homicidio agravado, privación ilegítima de la libertad agravada, imposición de tormentos agravados y lesiones gravísimas”.
Imputados. 44 (18 de ellos son exmilitares, 18 expolicías, 2 civiles, 4 exmiembros del personal civil de Inteligencia, 1 exgendarme y 1 exmiembro de las Fuerzas Armadas).
“En su conciencia”
El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, dijo que la ausencia del gobernador José Manuel de la Sota en la audiencia inaugural del juicio “queda sobre su consideración, sobre su conciencia”. Ponderó, en cambio, el compromiso que tuvo la gestión que encabezó Juan Schiaretti
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