Encuentro de Francisco y el gobernador De la Sota en el Vaticano. El Pontificado anticipó la fecha del encuentro, previsto originalmente para dentro de un mes. El mandatario provincial viajó con una reducida comitiva, a días de la beatificación de Brochero.
Todos los caminos conducen a Roma, sin importar cuándo, pensó y resolvió José Manuel de la Sota.
El gobernador de Córdoba esperaba ser recibido el 2 de octubre por el papa Francisco, pero un blanco en la agenda vaticana lo precipitó un mes antes y llegó ayer a la capital de Italia.
La audiencia reservada para De la Sota y su comitiva, fuera del rígido protocolo de la Iglesia, comenzó a las 11.30 (6.30 de Argentina).
Para llegar a tiempo, De la Sota suspendió toda su agenda local y llegó ayer a la mañana a Fiumicino junto a su pareja Adriana Nazario, su hija Candelaria, ademas del titular de Relaciones Internacionales de la Provincia,
Herman Olivero, y el embajador en retiro, Mario Pino. Si De la Sota le hizo caso al viejo refrán que afirma que todos los caminos conducen a Roma, ayer por la tarde pudo comprobar que también es verdad que el mundo es pequeño.
Encontró a este cronista en la esquina de las vías Cavour y Pucci, a un centenar de metros de la catedral Santa María del Fiori, en el corazón histórico de Florencia. Hasta ese momento, su precipitado encuentro con el Papa no había trascendido.
Un gobernador en su día libre y un periodista de paseo hablaron algunos minutos, entre la sorpresa del encuentro y la expectativa de la audiencia de hoy, la primera que De la Sota mantendrá con el jefe del catolicismo desde que el cardenal Jorge Bergoglio se convirtió en el papa Francisco, el 13 de marzo último.
A pocos metros, en cada tienda de recuerdos para turistas, la imagen del pontífice argentino aparece reproducida en almanaques, llaveros, señaladores, platos y hasta en delantales de cocina. Se supone que en Roma, los souvenirs con el nuevo papa se multiplicarán en cantidad y variedad.
“Perdimos por medio minuto el tren a Asís (la tierra del santo que inspiró al Papa) y nos subimos a un tren rápido a Florencia”, dijo De la Sota, protegido del fuerte sol toscano por un par de anteojos vintage al estilo de los que hizo famosos Johnny Depp.
Encuentro
De la Sota prefirió la prudencia por el carácter reservado que tendrá su contacto con el Papa. En el apuro por el viaje, alcanzó a traer un libro con imágenes del valioso patrimonio jesuita en la provincia de Córdoba. Bergoglio cumplió varios años de su misión pastoral en Córdoba en su orden religiosa, la Compañía de Jesús. Documentos que testimonian la obra del cura José Gabriel Brochero también quedarán en manos de Francisco. La beatificación del sacerdote, en Traslasierra, en menos de dos semanas, formará parte de la conversación.
El 22 de agosto, De la Sota acompañó en la presentación de un libro a Juan Bautista Yofre. Fue en Córdoba que el periodista y extitular de la Side recordó que De la Sota y Bergoglio se conocían desde muy jóvenes, desde los tiempos de la militancia en la corriente Guardia de Hierro.
Es posible que esa evocación esté presente hoy, pero lo que es seguro es que la actualidad argentina formará parte central de la conversación. De la Sota prefirió no hacer comentario alguno sobre el contenido de la charla con Francisco.
Mientras centenares de turistas iban de la catedral a la Academia para ver el David, de Miguel Ángel, o se tentaban con una joya en el Ponte Vecchio, De la Sota se mostró entusiasmado con dirimir la jefatura del peronismo y la candidatura presidencial en elecciones internas.
De la Sota no había leído todavía las declaraciones del gobernador bonaerense, Daniel Scioli, quien dijo ayer a este diario estar dispuesto a dialogar con él, así como a resolver por elecciones la postulación a suceder a Cristina Fernández en 2015.
De manera informal, coincidió con su par de Buenos Aires en elecciones internas. De la Sota propondrá primarias escalonadas por regiones, al estilo de lo que ocurre en el sistema político de los Estados Unidos.
El gobernador tomaba, anoche a última hora, su tren de regreso a Roma, donde hoy, de riguroso traje oscuro, podrá saludar al primer argentino y al primer jesuita en gobernar la Iglesia Católica.
Fuente: La Voz
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