La familia del joven muerto en el choque protagonizado por un corredor francés del Dakar sigue en “shock”. La víctima fatal viajaba por motivos laborales a través de la variante Juárez Celman, una ruta que no le gustaba. El piloto quedaría libre en las próximas horas.
Estábamos tan contentos con la familia que habíamos formado. Él estaba feliz con sus hijas y con la más chiquita, que había nacido hacía casi dos meses. Estaba trabajando bien, por suerte, y pensábamos en irnos por unos días a algún lado. Pero ahora él no está, no va a estar más. Se fue… Quedamos solas y no sé qué vamos a hacer de ahora en más”.
La mujer tiene los ojos hinchados de tanto llorar y de no dormir. Habla con la mirada perdida en una hoja blanca que lleva impresa la foto de su esposo, una cinta negra de luto y la leyenda “Justicia”. Su beba, en brazos, duerme.
Han pasado apenas horas desde que Diego Peralta (35) murió aplastado mientras circulaba en su auto por un camión que se le fue encima, de forma descontrolada, tras haber sido chocado, a su vez, por un auto de competición del Dakar.
El siniestro vial, en el que quedaron involucrados otros cuatro rodados y que terminó con ocho heridos, ocurrió el martes último a la mañana en la variante Juárez Celman, a la altura de la villa Costa Canal, en la periferia norte de la ciudad de Córdoba.
“Él era tan cuidadoso a la hora de manejar… Es la verdad. Era muy precavido, andaba despacio y nos cuidaba a todos”, dice Karina Bustos, sin dejar de mirar la foto de su esposo.
El único acusado por la tragedia, por ahora, es el corredor francés Thierry Dezeiraud (50), quien manejaba un Mitsubishi Lancer del equipo FSD Racing. Lo acompañaba su compañero Lionel Baud (47).
Dezeiraud permanece imputado por homicidio culposo y lesiones agravadas y fue detenido por orden de la fiscal Eve Flores. Hoy, tras ser indagado, quedaría libre bajo fianza.
Al mismo tiempo, finaliza la feria a cargo de Flores, por lo que la causa le pasará desde mañana a su par Alicia Chirino. Cuando se reanude la actividad judicial en febrero, todo quedará en manos del fiscal Marcelo Hidalgo.
Ayer, la familia se convirtió en parte querellante.
El Mitsubishi no iba corriendo por la ruta en el marco del Dakar, competencia mundial de velocidad y resistencia que justo hoy vuelve a pasar por Córdoba, en medio de distintos cuestionamientos, sino que circulaba como un auto más hacia Buenos Aires.
¿Por qué los franceses habían desertado del Dakar y volvían hacia Buenos Aires? El sábado anterior, en una prueba de velocidad en Bolivia, habían derrapado con ese mismo auto y, en un derrotero descontrolado, arrollaron y mataron a un espectador local.
Manejaba Lionel Baud y Dezeiraud era su copiloto.
“No entiendo por qué esos dos corredores no quedaron presos en Bolivia, si ellos ya habían matado a un espectador”, agrega Valeria Peralta, hermanos de Diego.
Ayer, el fiscal de Potosí, Fidel Castro, confirmó a la prensa que fue “un accidente fortuito” y que no abrirá causa contra los corredores europeos.
Distinto es lo que sucedió en la ciudad de Córdoba.
Destino fatal
“Mirá lo que es el destino, después de haber tenido varios autos que le fallaban, Diego había podido comprar ese Peugeot 505, y que andaba muy bien”, señala su hermana Valeria.
Diego era un seguidor de la competición automovilística. “Le gustaba el Dakar, las carreras, pero sólo las veía por televisión”, agrega Valeria.
“Él no andaba fuerte, era muy cuidadoso. Siempre cedía el paso y decía: ‘Hoy cedés el paso, mañana te lo ceden a vos’. Era precavido y mirá cómo terminó”, acota Karina, la viuda.
Diego vivía con su mujer e hijas en barrio General Mosconi, en la capital cordobesa. Se ganaba la vida como plomero.
El lunes viajó con su padre, Ramón, hasta la localidad de Cañada de Luque, 130 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba, para visitar a unas tías.
Ramón se quedó y Diego emprendió la vuelta a Córdoba, el martes a las 6.50, ya que tenía un trabajo pendiente. Su plan era cumplir con su obligación y regresar a Cañada de Luque a buscar a su papá.
No llegaría, finalmente.
No usaba esa ruta
Sus familiares relatan que Diego, así como era “cuidadoso” para manejar”, no usaba la variante Juárez Celman.
“Siempre volvía a Córdoba por la ruta 9 norte y agarraba la Juan B. Justo… No sé por qué esta vez agarró esa variante”, se pregunta su hermano Mario. “Era muy precavido. No le gustaba ir cerca de los camiones”, agrega el muchacho.
El desastre sucedió a las 8.45. Al comando de su Peugeot 505, Diego iba en el mismo sentido que el auto de competición, aunque más atrás. Según los testigos, el Mitsubishi “se cruzó de carril” e impactó contra un camión Mercedes Benz con acoplado.
Como un gigante descontrolado, el acoplado dio sobre el Peugeot y chocó a otros rodados. Entre los hierros aplastados quedó el cuerpo de Diego.
“El auto de competición se me vino encima… No pude hacer nada”, dijo aquel día Aldo Núñez, el camionero, con el terror dibujado en su rostro.
En barrio Mosconi, tanto la esposa del muchacho como el resto de la familia comenzaron a preocuparse por la falta de noticias.
Pasaban las horas y Diego no llegaba ni atendía el celular.
Cuando empezaron a ver las noticias, al mediodía, tuvieron el peor de los presentimientos.
Llamaron a la Policía, pero no le dieron respuestas. Tampoco tuvieron eco en la Unidad Judicial de Accidentología Vial.
Un cuñado del plomero fue en moto hacia el lugar del choque. Fue entonces que el mundo se derrumbó para la familia.
“Queremos justicia. No sé qué pensaba ese corredor al hacer lo que hizo. Fue muy imprudente”, dice la viuda.
La familia comprará pintura amarilla para estampar una estrella en el lugar del siniestro: una via muy rápida que a Diego no le gustaba para circular.
Tragedia en la ruta
Que pasó. El martes último, un choque múltiple en la variante Juárez Celman dejó un muerto y ocho heridos. Un corredor del Dakar quedó detenido, acusado de haber causado el desastre vial mientras circulaba en su vehículo de competición, ya fuera de carrera.
Víctima. Murió Diego Peralta (35), en pareja y padre de cuatro hijas: Rocío (8), Sofía (5), Julieta (4) y Ana Jazmín (1).
Preso. El piloto Thierry Dezeiraud (50) fue detenido el miércoles y quedaría hoy libre tras ser indagado. Seguirá imputado por homicidio culposo. “Hemos pedido que quede preso; que no lo dejen irse a Francia”, sostuvo el abogado Gabriel Valfré.
Fuente: La Voz
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