Armaron el choripan más largo y rompieron el récord. El domingo, durante el desarrollo del primer Festival del Choripán en San Antonio de Arredondo, los vecinos cumplieron el sueño de armar el chori más largo del país… ¡Una cuadra de puro sabor!
La leyenda dice que la primera edición de grandes festivales populares serranos siempre suele ser una quijotada hecha a pulmón por un grupo de entusiastas vecinos. Si eso es así, el evento que se desarrolló ayer a la vera del río, en San Antonio de Arredondo, tiene un futuro provisorio.
Hablamos del Festival Argentino del Choripán, la primera edición de un encuentro organizado por el propio Centro Vecinal de la localidad, para homenajear al clásico sánguche cordobés.
A beneficio. “En realidad comenzamos a idear el evento para ayudar a un vecino que necesitaba dinero para un tratamiento. Finalmente los fondos no fueron necesarios, así que decidimos reorientar el evento, y hacerlo a beneficio de la construcción del Centro Vecinal”, explicó ayer a Día a Día Héctor Cuello, presidente del Centro Vecinal, mientras contemplaba bien temprano el ir y venir de turistas en el predio de la fiesta.
A esa altura del día, muchos visitantes ni siquiera sabían del encuentro: habían concurrido a esa zona sólo para calmar el calor en el río pandito y transparente de esa zona de Punilla. Recién cuando llegaron y se toparon con las guirnaldas de colores y el tablón de 100 metros, se enteraron que serían testigos de un récord gastronómico: la elaboración del choripán más largo del país.
Larga espera. Aunque el evento prometía iniciarse alrededor de las 10 de la mañana, pasadita las 11 los choris no aparecían. En el sector de las parrillas, no obstante, todo era tranquilidad. Y es que Miguel “Chaco” Orrego, el asador a cargo, tenía todo calculado: “12,30 del mediodía ponemos los chorizos”, susurró a sus seis colaboradores.
Y así fue. A la hora señalada comenzaron a llegar las decenas de bolsas de consorcio rellenas con chorizos de cerdo.
Desde el escenario se anunció el comienzo de la fiesta… ¡Incluso hasta cantaron el himno! Al toque, los colaboradores de “Chaco” agarraron el embutido y con la misma destreza con la que un bombero maneja sus mangueras, los esparcieron en la parrilla.
Al calor de las brasas, los choris comenzaron a despedir ese suculento olor que sólo ellos saben generar. Y eso fue un “llamador” para atraer a decenas de turistas que –panza arriba en el río– sentían crujir su panza del hambre.
“¡A 15 pesos el bono contribución, vale por un chori!”, advertía un locutor a viva voz desde el escenario, mientras a los alrededores algunos vecinos entregaban los ticket a los interesados.
“Yo y mi esposa somos de Santo Tomé; nos enteramos de la fiesta por la radio y no dudamos en venir: ya compramos cuatro porciones, dos para cada uno”, cuenta Ataulfo Gómez, que con sus cupones en mano, aguardaba expectante la llegada del “morfi”.
Ataulfo no era el único ansioso: a su derecha, dos señoras pituconas compraban cerveza a mansalva para apaciguar la espera. Más allá, una familia bailaba cumbia, y un grupito de adolescentes metía panza mientras pasaban las chicas en malla.
¡Calentitos! A las 14, cuando ya no quedaban más puestos de artesanías en el predio para visitar, llegó la buena noticia. ¡comenzaba el armado del choripanazo!
La faena, para nada sencilla, corrió a cargo de unas 45 personas, entre vecinos, voluntarios y personal de Defensa Civil. “Primero va el pan”, escucharon todos, ataviados con rigurosa cofia y delantal.
Al llegar a los últimos metros de armado, los asistentes comenzaron con la cuenta regresiva que culminó con aplausos y risas ¡El chori de una cuadra de largo era realidad! Hubo incluso lugar para las lágrimas por el esfuerzo realizado. La intendenta del lugar dio el “mordisco de honor” y con un gesto de satisfacción felicitó a los organizadores, que envalentonados, anunciaron que el año que viene el festival se repite, ¡pero recargado!
Vecinal. Lo recaudado en el Festival de San Antonio servirá para construir la sede del nuevo Centro Vecinal.
Fuente: Día a Día
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