El pasado martes 15 de noviembre, la sala del Juzgado de Familia de 5ª Nominación de la ciudad de Córdoba estaba llena de gente. Era cerca del mediodía y la familia Cresimbeni esperaba que se iniciara la audiencia en la que se trataría la guarda de Rodrigo (3 años). Por la contraparte, estaban dos abogadas y una psiquiatra.
Esperaban que se hiciera presente Mara Calvo (38) con el niño. Diego Cresimbeni, el padre de la criatura y expareja de Mara, se encontraba detenido en Bouwer por una denuncia de la mujer.
Ninguno de los presentes sabía que, unas horas antes, Mara y Rodrigo habían sido hallados muertos por asfixia. Todo indica que Mara provocó la intoxicación con querosén que mató a ambos.
La historia de Mara, Diego y Rodrigo está detallada en el expediente que se tramitaba en el Juzgado de Familia. Allí constan los antecedentes psiquiátricos de Mara, un informe presentado días antes y que decía que se encontraba estable, y al menos dos amenazas sobre el niño denunciadas por el padre.
Fuentes del juzgado aseguran que en esa audiencia no había elementos para que se dispusieran cambios en la custodia de Rodrigo. Y que la psiquiatra de Mara habría tenido la intención de presentar un informe favorable sobre el estado mental.
El expediente
La causa se inició en diciembre de 2014 por pedido de Diego Cresimbeni, quien no podía ver al nene y planteó que Mara amenazaba con matar a Rodrigo. El muchacho sacó al niño de la casa materna y tomó intervención un juez de feria. La primera audiencia se realizó en febrero de 2015: se restituyó el niño a la madre y se estableció un régimen de contacto con el padre.
Siempre según el expediente, luego de firmado el acuerdo, Mara impidió el contacto, por lo que fue intimada en reiteradas oportunidades al cumplimiento, bajo apercibimiento de cambio de guarda.
En Semana Santa de 2015, Mara se fue con el niño. Luego de algunos días, la localizaron en Tanti. Ese episodio provocó que se hiciera efectiva la guarda de Rodrigo al padre, hecho que se efectivizó en una audiencia realizada en mayo. El diagnóstico fechado el 6 de ese mes, realizado por un equipo del hospital Neuropsiquiátrico, y que consta en el expediente judicial, dice que la mujer tenía “trastorno bipolar, episodio actual maníaco con síntomas psicóticos; episodio depresivo sin especificación; y trastorno de inestabilidad emocional de la personalidad”.
Durante un año, Mara mantuvo contacto con el pequeño con acompañante terapéutico, previa acreditación de que se encontraba en tratamiento psiquiátrico y psicológico.
Junto con los informes de la acompañante terapéutica y con la intervención de un equipo técnico interdisciplinario, a fin de 2015 se permitió que Rodrigo pasara una de las Fiestas con la madre y se dispuso una ampliación de contacto los sábados.
Fuentes del juzgado remarcan que Diego nunca impidió el contacto del niño con Mara.
Custodia compartida
En el expediente consta que en marzo de este año Mara y Diego propusieron guarda compartida: cuatro días uno, tres días otro, alternando. Se evaluó por el Tribunal en una audiencia, con la presencia del equipo interdisciplinario. Mara acompañó un informe altamente favorable de su psiquiatra, Silvina Gayt.
En ese momento, todo parecía encauzarse. En los primeros días de octubre, la jueza Mónica Parrello tomó conocimiento de que Diego había quedado detenido por incumplimiento de una orden de restricción.
Tal como relató el abogado de Cresimbeni, Martín Cafure, Diego fue a retirar a su niño sin saber que Mara había pedido la orden.
Según fuentes del juzgado, la información llegó por un oficio de la fiscal Mercedes Balestrini, quien manifestaba su preocupación por entender que Mara no estaba “en condiciones de cuidar a Rodrigo” y se debía evaluar la posibilidad de que lo tuvieran los abuelos paternos. En el juzgado, apuntan que la fiscal no tomó ninguna medida al respecto; sólo informó.
Según fuentes del tribunal, la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) “nunca contestó los oficios, a pesar de los reiterados pedidos de informe y certificaciones telefónicas”.
El desenlace
El juzgado fijó la sexta audiencia, que se realizó el viernes 11 de noviembre. Concurrieron los abuelos paternos, Diego Cresimbeni y Mara Calvo. También los equipos técnicos interdisciplinarios Catemu y Etir. “En la audiencia, Mara pidió régimen de visita para llevar al niño a la cárcel para que pueda ver a Diego”, cuentan fuentes judiciales.
Se acompañó un informe pericial de Medicina Forense de Policía Judicial, que dice en sus conclusiones: “Mara Calvo se encuentra estable y no presenta elementos psicopatológicos de relevante gravedad. Se encuentra estabilizada y en tratamiento actual. No es dable advertir la presencia de factores de orden psicopatológico o psiquiátrico que determinen estado de riesgo inminente ni para sí ni para terceros. El curso de sus pensamientos y sus contenidos se encuentran conservados. No se observa ideación delirante”.
El informe, según fuentes judiciales, está firmado por una oficial psicóloga forense del Poder Judicial y por una psiquiatra forense del Servicio de Medicina forense del Poder Judicial.
Con ese informe, la jueza Parrello no tenía elementos para otorgar la guarda provisoria a los abuelos. Por eso se fijó una nueva audiencia para el martes 15, día de la tragedia.
La tragedia
El 11 de noviembre pasado, Rodrigo y su madre Mara fueron encontrados sin vida en una habitación de un local de masoterapia en barrio Urca. El padre del pequeño, Diego Cresimbeni, estaba detenido para entonces en la cárcel de Bouwer, acusado de distintos hechos de violencia de género. Tres días después recuperó la libertad.
En la Cámara 1ª del Crimen estaba a juicio una causa en la que la imputada era Mara Calvo, por amenazas telefónicas.
Ag. de Noticias: La Voz
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