En el corazón de barrio Comercial, en una de las zonas más carenciadas de Córdoba, hay una pequeña casa, y adentro, una mesa con ocho computadoras, una verdadera isla en un lugar donde la accesibilidad a las tecnologías es una quimera.
Estos equipos están en el centro comunitario de la Tupac Amaru y funcionan como parte de un programa para que los más pequeños, y los no tanto, aprendan a desenvolverse en un mundo donde cada vez más las relaciones humanas se están digitalizando.
Allí, la pequeña Rosita colorea con el programa Tux Paint un dibujo conformado por una serie de elipses. Está absorta en su creación, y sus maestras Sofía y Florencia dan cuenta de ello. «Es impresionante cómo les gusta aprender y cómo se desenvuelven con la computadora», dice Sofía.
«Hoy por hoy estamos hablamos de los analfabetos digitales, y es tan importante saber manejar una computadora que hasta para trabajar en un quiosco necesitás saber cómo se usa una PC, y hay sectores de la ciudad donde los vecinos no pueden acceder a estas tecnologías por una cuestión económica. Si vos no contás con una herramienta y un espacio se complica aprender, esas son nuestras motivaciones, por eso abrimos este centro», explica Sergio Costigliolo, líder regional de la Tupac.
En el centro de barrio Comercial, los más pequeños aprenden a familiarizarse con una PC, con el manejo del mouse y del teclado, y los más grandes aprenden a relacionarse a través de redes sociales (chat, Facebook) y se les enseña a manejar programas similares a Excel, Word y Power Point.
Las clases se dictan en este lugar todos los días de 10 a 11 y en la sala hay ocho computadoras para que los 50 chicos que reciben la copa de leche puedan practicar lo que aprenden todos los días.
«Trabajamos con el programa Tuquito (sistema operativo similar a Windows, desarrollado en Argentina bajo la plataforma de software libre) y tenemos acceso a la red de Conexión Educ.ar, donde tenemos material para que los chicos puedan aprender de manera didáctica e interactiva cosas como el sistema solar, los colores, biología, geografía. A los chicos les encanta», destacó Sofía.
Además, la Tupac no sólo tiene previstos cursos para los más chicos. En marzo comienza un instructorado para mujeres amas de casa que sólo terminaron sus estudios primarios para que se inserten en el mundo digital y puedan gestionar trámites on line, por ejemplo en la página del Anses, como el de la Asignación Universal por Hijo.
«Esta fase del proyecto tiene que ver con los servicios, porque también esas computadoras están para que los vecinos puedan consultar días de pago o armar proyectos productivos familiares, porque en Internet hay un montón de información sobre programas de gobierno», destacó Costigliolo.
Al Norte. La necesidad de inculcar capacidades digitales a los chicos de nuestros tiempos no sólo se suple con una computadora en casa, por eso, en la ciudad de Córdoba ya hay escuelas que están trabajando en la formación 2.0 de sus alumnos.
Es el caso del instituto Isaac Newton, ubicado en Villar Warcalde, en una de las zonas de mayor poder adquisitivo de la ciudad, donde desde jardín de infantes se les enseña a los niños el uso responsable de las tecnologías en vistas a poder abrir un secundario técnico con orientación en programación.
«Nuestro proyecto nace por el desarrollo del sector tecnológico en Córdoba y la necesidad de mano de obra especializada por parte de estas empresas, por eso la idea de una escuela técnica especializada en programación. Así como en Villa María hay escuelas técnicas especializadas en el sector lácteo, en Córdoba hacen falta escuelas técnicas especializadas en tecnología», destacó Mariano Quiroga, representante de la institución, que abrió sus puertas este año y tiene alumnos inscriptos hasta tercer grado.
Cada alumno de la escuela tiene acceso a computadoras, y las clases se rigen por los principios básicos de las redes sociales: colaboración e interacción por parte de los alumnos.
En el Isaac Newton, las maestras cuentan con una herramienta innovadora: pizarras interactivas. En esta institución, el clásico pizarrón está siendo reemplazado por pantallas donde el docente puede desarrollar los temas de su clase con recursos multimedia, como por ejemplo mapas, imágenes, videos o audios.
«Creemos que el desafío es hacer un buen uso de los recursos que concentran la capacidad de atención de los chicos. Ellos nacen conociendo las computadoras. Las pantallas vienen con una PC que tiene cargado un programa y mucho material didáctico como mapas, fotos, videos históricos», explicó Mariano.
La pantalla es sensitiva al tacto, tiene casi 80 pulgadas y funciona con un puntero de plástico y metal, lo que le permite a los docentes manejar los elementos o usar el dispositivo como un pizarrón. Viene con controles de radiofrecuencia para que cada uno de los alumnos trabaje e interactúe con el contenido expuesto. Luego, en la pantalla se puede visualizar las estadísticas de las respuestas o crear relatos de construcción colectiva, por ejemplo.
«La idea es que los chicos vayan trabajando con contenidos y guías, pero con la PC. Vamos a inculcar la investigación pero en la computadora y con trabajo en equipo sin dejar de lado los procesos de aprendizaje individual», contó Soledad Cabrera, directora del nivel inicial y primario.
Como en Comercial, el colegio de Villa Warcalde utiliza software libre «por una cuestión económica y de aprendizaje, ya que esto nos brinda la posibilidad de desarrollar muchas aplicaciones», justifica Quiroga.
Experiencias 2.0. Comercial. En el centro comunitario de la Tupac trabajan con ocho computadoras que funcionan con software libre. Las PC fueron otorgadas por un plan del Ministerio de Industria de la Nación. En Córdoba, en el barrio San Roque, funciona otro centro tecnológico de similares características.
Villa Warcalde. En las aulas de la escuela Isaac Newton piensan incorporar de manera gradual el uso de las pizarras interactivas. El sistema de computadoras funciona también con software libre.
Software libre como medio de aprendizaje
Federico Heinz, presidente de la fundación Via Libre, organización que promueve el uso de software libre, destacó la importancia de la utilización de estos programas para acercar tecnología a sectores de bajo poder adquisitivo y para la educación de los niños.
«El software libre se puede utilizar gratuitamente y sin violar la ley, las licencias de los programas son carísimas y el hecho que vos lo puedas usar sin licencia abarata los costos. Además, se evita el ciclo de actualización forzada que imponen las empresas que hace que a cada rato tengas que comprar una computadora más poderosa para hacer lo mismo que hacías antes, entonces podés utilizar hardware viejo o reciclado, de modo que te permite ahorrar bastante. La manera de achicar la brecha es convertirnos nosotros en productores de tecnología, y el software libre ayuda a eso porque no sólo se puede usar sino que se puede modificar. Quiere decir que los chicos que usan software libre pueden aprender cómo funciona un aparato y manipularlo y el único límite que tienen es su motivación», explicó el especialista.
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