Luego de décadas de estudios y búsquedas, los restos del caudillo y primer gobernador de Córdoba, Juan Bautista Bustos, fueron hallados en la tarde del sábado en una iglesia de la ciudad de Santa Fe.
Se trata del templo Nuestra Señora del Rosario, perteneciente al convento Santo Domingo, ubicado a una cuadra de la Casa de Gobierno, en la capital provincial.
Miguel Ángel Nieva, del Equipo Argentino de Antropólogía Forenses (Eaaf), en diálogo con Cadena 3 señaló que la osamenta se ubicaba debajo del altar del edificio religioso.
«Hoy se culminaron las tareas de excavación que se iniciaron el lunes. Sumada toda la información histórica se logró exhumar los esqueletos. Hay una coincidencia plena de todo lo estudiado», aseguró el especialista.
Se estima que el gobernador Schiaretti, viajará el próximo martes hacia Santa Fe para gestionar el traslado de los restos del líder cordobés y oficiar un acto en su memoria.
El prestigio de Juan Bautista Bustos, y su buena administración, lo habían convertido en el líder natural de las provincias; por lo tanto, será uno de los primeros objetivos de la reacción unitaria posterior al derrocamiento y asesinato de Dorrego.
Así, el general José María Paz, el más hábil de los jefes militares unitarios, marchó sobre Córdoba. Bustos se retiró hacia la estancia San Roque.
En ese sitio (hoy cubierto por las aguas del Lago San Roque), Paz lo atacó imprevistamente el 22 de abril de 1829 infligiéndole una completa derrota.
El caudillo escapó hacia La Rioja para solicitar la ayuda de Quiroga; este organizó una fuerza para enfrentar a Paz con tropas de su provincia y milicias cordobesas comandadas por el propio Bustos.
Unitarios y federales se enfrentaron en La Tablada (entonces un paraje aledaño a la ciudad de Córdoba, y hoy el barrio de Cerro de las Rosas de esa ciudad) el 22 y 23 de junio de 1829.
El ejército unitario comandado por Paz, numéricamente inferior pero mucho más disciplinado, mejor pertrechado y con abrumadora superioridad de artillería y -sobre todo- dirigido por un extraordinario táctico-estratega, derrotó a los federales.
Bustos combatió con extraordinaria valentía, pero al retirarse fue sorprendido por una patrulla unitaria en la costa del Río Primero. Para evitar ser capturado, Bustos se arrojó a las aguas con su caballo, recibiendo graves heridas al caer en el lecho del río.
Consiguió refugio entre los campesinos de la zona, y después de un par de días logró llegar a la ciudad de Santa Fe. Allí fue acogido por Estanislao López, que lo recibió cordialmente y le procuró todo tipo de cuidados. Pero su salud estaba afectada gravemente, y murió el 18 de septiembre de 1830.
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