Una indemnización que no llega. Javier Cuello quedó con parálisis cerebral después de que tocara un poste de luz electrificado. La familia denunció a Epec y pide un resarcimiento económico que está demorado desde 2004.
Javier Cuello jugaba como delantero en el Club Deportivo Atalaya. Dicen, los que lo conocen, que era imparable cuando tenía el número 8 en la espalda de su camiseta.
Llevaba además una vida normal, como tantos otros chicos de su edad, en la escuela Niños de Ayohuma. Había nacido un 12 de diciembre de 1990, en vísperas de Navidad.
También su mamá Mirta Valdez llevaba una vida como tantas otras. Trabajaba como empleada doméstica en casas de familia y en sus tiempos libres atendía a sus cuatro hijos adorados: además de Javier, que era el más chico, estaban Georgina, Gastón y Cristian, el mayor.
Con la ayuda de su esposo Mario Cuello, habían logrado salir adelante e instalarse en la casita de calle Laques al 9.900, en barrio Villa Cornú.
La vida de esta familia daría un vuelco inesperado aquel 25 de noviembre de 2004. Javier, que en ese entonces tenía 14 años, había salido con su bicicleta.
Anduvo tres cuadras y se detuvo en un lavadero que en ese momento existía en calle Donato Álvarez al 9.918. Salió todo mojado y descalzo aquella tarde que permanecerá por siempre en la memoria de sus familiares.
Sin querer, tocó un poste de luz electrificado, y desde ese momento, no despertó nunca más.
Paralizado
Es muy delgada la línea que hoy mantiene a Javier con vida. Su cuerpo está preso de una parálisis cerebral que no le permite mover ninguno de sus músculos, a excepción de los de la cara. Parpadea y hace chirridos con sus dientes cada vez que algo no le gusta.
Escucha la voz de sus padres y, a veces, el teléfono. Pero no puede reconocer las facciones. Sus familiares aseguran que tampoco puede ver correctamente. Sus amigos de la infancia ya no lo visitan más…
Con el patrocinio del abogado Diego Argayo, la familia presentó una demanda en contra de la Empresa Provincial de Energía Eléctrica (Epec).
Pide una indemnización que en este momento rondaría el millón 8 mil pesos. El dinero no les ayudaría a matizar el dolor. Lo que necesitan es que Javier mejore sus condiciones de vida.
Necesita un colchón adecuado para su patología. Pocas veces se mueve y su piel se está llenando de escaras. Y una fisioterapeuta que ayude a masajear sus músculos que se están atrofiando con el paso del tiempo.
Un alimento adecuado (sólo recibe un suplemento vitamínico) y una habitación que no tenga humedad.
“El problema con el invierno es el riesgo de que Javier se enferme. Todo el tiempo lo tenemos tapado con frazadas, pero aun así está inquieto. En la habitación hay problemas de humedad. Y necesitamos calefaccionarla. No contamos con gas natural”, indicó Mario, el papá.
Argayo informó que la Justicia provincial le dio la razón a la familia en distintas oportunidades. Que la empresa apeló una vez y presentó luego un recurso de casación.
Pero desde noviembre del año pasado, el fallo judicial se encuentra firme y a Epec no le queda otra que indemnizar. Aclaró que la empresa de energía le paga mensualmente 3 mil pesos a los Cuello, pero lo que necesitan ahora es el monto total de la indemnización.
Respuesta oficial
Voceros de la empresa de energía eléctrica indicaron a este diario que están en contacto con la familia. Aseguraron las fuentes que nunca se desentendieron el problema.
“Estamos haciendo gestiones con la obra social de Luz y Fuerza para mandar especialistas en neurología a la casa. También asistimos con alimentos”, precisaron.
Agregaron, además, que este lunes brindarán un informe sobre la cuestión legal. “Nunca nos desentendimos. La familia solicita una indemnización de un millón de pesos. Estamos terminando de armar el informe”, finalizaron.
Fuente: Dia a Dia
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