Día del Bombero Voluntario: Los niños nos miran como si fuéramos héroes. En el Día del Bombero Voluntario, conversamos con Marcelo Yzurieta, cantante de Los Sacha y bombero del cuartel de Alta Gracia.
Se juegan la vida en incendios forestales, domésticos, en accidentes viales y en otras tragedias, y no cobran un peso por hacerlo. Trabajan a cualquier hora, a veces durante varios días seguidos: sucios, fatigados, molidos.
Algunos empleadores no les permiten acudir al llamado que los convoca, y si lo hacen, si llegan a irse, les descuentan el día no trabajado. Y de todos modos, cuando todo arde, estas personas acuden a donde sea que las necesitemos, y pueden convertirse en la diferencia entre la vida y la muerte.
El lunes 2 de junio, los 3.600 bomberos voluntarios de la provincia de Córdoba –que trabajaron a destajo durante los terribles incendios forestales del año pasado– celebran su día. ¿Cómo es la vida del bombero voluntario? ¿Qué se siente salir en plena noche, dejar a tu familia en la cama, atemorizada, para acudir al llamado de una sirena que sólo anuncia que algo malo acaba de ocurrir?
“Cuando suena la sirena te da miedo, pero sabemos que tenemos que salir, queremos salir. Nosotros somos voluntarios, y aunque tenemos capacitación, no somos ningún cuerpo de elite. En el cuartel hay algunos militares y policías, pero otros somos músicos, cocineros, estudiantes y médicos.
Tratamos de ser lo más profesionales que podemos”, dice Marcelo Yzurieta, cantante del grupo folclórico Los Sacha y bombero voluntario del cuartel de Alta Gracia, uno de los 170 cuarteles que hay en Córdoba.
“Yo siempre digo que los bomberos somos un grupo de tarados que nos metemos adonde todos quieren salir –dice Yzurieta–. Y lo vamos a seguir haciendo”.
–¿Por qué quisiste ser bombero voluntario?
–Tengo 39 años y este es mi tercer año en el cuartel. ¡Empecé medio viejo! Desde chico quise ser bombero, porque veía las sierras quemándose y me volvía loco. Me tuve que cortar el pelo, después de 20 años: ¡lo tenía hasta la cintura! Pero fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.
–¿Qué es lo que más te gusta?
–Yo quería apagar los incendios en las sierras, pero después sos rescatista en accidentes, sabés primeros auxilios, hacés un montón de cosas porque el mundo bomberil es muy amplio y apasionante. Me gusta la hermandad que se forma, incluso con gente de otros cuarteles que no conocés, pero igual sentís que son hermanos.
–¿Qué es lo más duro?
–Irme al cuartel y dejar en casa a mi hijo de seis años y a mi esposa, sin saber qué puede pasar. Nos exponemos a muchos peligros y la familia te lo recrimina, con razón.
–¿La gente te lo agradece?
–El 25 de Mayo desfilamos en Alta Gracia; la gente nos aplaudía y lo niños nos miraban cómo si fuéramos héroes. Creo que somos unos románticos que lo hacemos por amor a la comunidad y a la naturaleza.
–Están más tranquilos este año.
–Esperamos la temporada de incendios. Está todo húmedo, pero no hay que descuidarse, porque incendios va a haber. Y nosotros vamos a salir a apagarlos.
Yzurieta, el bombero exhausto. La imagen del bombero sin aire, tirado de espaldas sobre una vereda de La Paisanita, localidad asediada por un incendio de interface, se propagó desde la tapa de nuestra edición (del miércoles 11 de septiembre de 2013) a las redes sociales, los diarios y los portales de noticias de todo el país: Marcelo Yzurieta, el cantante del grupo folclórico Los Sacha, representó el esfuerzo y el heroísmo de todos los bomberos voluntarios.
Fuente: Día a Día
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