Schiaretti piensa más en la gestión que en la política. Dicen que su defensa del Gobierno nacional fue para garantizar la gobernabilidad. Alimenta su relación con la Casa Rosada, pero en la intimidad apunta errores de gestión.
Su firme postura en contra del proyecto opositor de reformulación del Impuesto a las Ganancias tuvo un impacto político ineludible: el gobernador Juan Schiaretti quedó pegado al Gobierno nacional y distante de su socio local, José Manuel de la Sota.
En las últimas horas, en la intimidad, y con sus colaboradores más cercanos, Schiaretti no se mostró preocupado por la tensión que se generó con su antecesor. Reiteró que su prioridad sigue siendo la gestión y que de política hablará recién después del próximo verano.
“Se pueden hacer muchas lecturas políticas, pero lo concreto, es que si se convierte en ley el proyecto que salió de Diputados, se afectará la gobernabilidad. Muchos gobernadores no podrán pagar los salarios”, comentó el gobernador en un reunión reducida en el Centro Cívico.
Schiaretti se convirtió en el gobernador peronista que más presionó para que el proyecto de Ganancias quedara congelado en el Senado y se abriera una instancia de diálogo entre el Gobierno nacional y los distintos sectores involucrados: CGT, legisladores y gobernadores.
Algunos funcionarios provinciales destacan que Schiaretti quedó instalado a nivel nacional como el líder de una mini-liga de gobernadores peronistas no kirchneristas, que tienen diálogo con la Casa Rosada.
Este detalle político no parece ser importante para el gobernador, al menos es lo que difundieron desde su entorno.
“Mi prioridad sigue siendo la gestión y no pienso en ningún armado nacional. Después del verano, el peronismo de Córdoba resolverá sus candidatos y estrategia electoral. Esa es otra discusión, hoy está en juego la gobernabilidad”, le dijo Schiaretti a un intendente del interior con el que dialogó en esta semana agitada en lo político, por el debate en el Congreso nacional.
De todas maneras, este liderazgo sobre otros mandatarios peronistas, alimenta su posición de interlocutor confiable para el presidente Mauricio Macri.
En este contexto, Schiaretti seguirá jugando fuerte para modificar el proyecto aprobado por la Cámara Baja. Aunque recibió un llamado de alerta del senador peronista cordobés Carlos Caserio: el Gobierno debe dar señales concretas de avance en el diálogo con los distintos sectores, caso contrario el kirchnerismo, con el apoyo de otros bloques, podría sancionar el próximo miércoles la ley de Ganancias como salió de Diputados.
El martes, Schiaretti estará en la Casa Rosada, junto al resto de los mandatarios provinciales. Allí podrían quedar definidos los lineamientos de las modificaciones al texto que salió de Diputados.
Sin embargo, algunos funcionarios provinciales que leen entrelíneas aseguran que notaron un cambio en Schiaretti, respecto al macrismo: en privado, ahora el gobernador deslizaría algunas críticas por supuestas “impericias” de sectores del Gobierno nacional. “El Gringo (Schiaretti) ya no está tan convencido como algunos meses atrás, de que éste será un gobierno exitoso”, argumentó un peronista de la Capital.
Fuente: La Voz
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