Ésa es la cantidad de empleados que no están formalmente registrados. El dato es del primer trimestre de este año, en base a cifras del Indec.
El empleo «en negro», que no paraba de bajar desde la salida de la crisis de 2002, volvió a registrar en el comienzo de 2011 un pequeño ascenso en el Gran Córdoba.
Según el Indec, en el primer trimestre de este año, la tasa de asalariados sin descuento jubilatorio fue de 36,3 puntos, levemente superior al 35,1 registrado en igual periodo de 2010.
En el trimestre inmediato anterior (entre octubre y diciembre de 2010), los datos de la Encuesta Permanente de Hogares habían evidenciado 33,6 puntos y, tres meses antes, 32,4 por ciento. De esta forma, el índice viene en suba por segundo trimestre consecutivo.
Más allá de esto, las cifras siguen entre las más bajas de la década. Basta recordar que en 2005, por ejemplo, el empleo «en negro» era del 48,5 por ciento.
En persona. Para dimensionar mejor estos datos, hay que decir que están inmersas en esta informalidad laboral 165.867 personas en el Gran Córdoba. Es gente que trabaja en el conglomerado mediterráneo y no tienen aportes sociales, teniendo en cuenta que la cifra de asalariados ronda los 632 mil trabajadores y el índice de actividad laboral fue, en el mismo periodo analizado, del 72,3 por ciento.
En el último trimestre de 2010, los empleados «en negro» eran 151.029, o sea, 14.800 personas menos.
Nacional. A nivel país, la informalidad laboral alcanza el 34,1 por ciento de los trabajadores.
Golpea más a los más pobres
Un informe publicado ayer por el Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (Cippes) dice que el trabajo «en negro» es mucho más grave entre los empleados de menores ingresos. «Afecta a un 62% del total de los trabajadores pobres. Esta situación, en un contexto de alta inflación, explica en parte el porqué de la persistencia de la pobreza en la ciudad de Córdoba», detalla la investigación.
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