Títeres en el Hospital de Niños: un viaje de fantasía. Con jeringas, batas quirúrgicas y barbijos tuneados, el Festival Titiritodos le alegra el día a los pequeños internados en el Hospital de Niños.
Una jeringa convertida en nave espacial. Unos rollitos de papel metálico contornean una figura humana, y dan vida al hombre de plata, comandante de la nave de plata, ambos venidos desde el planeta de plata directamente hasta el Hospital de Niños.
“Venimos a visitar a niños internados, doloridos, con una valija llena de fantasía, lista para cambiarles la energía del día, para arrancarles una sonrisa y darles un poquito de felicidad”, describe Lidia Reynal, titiritera, actriz y directora de teatro de Buenos Aires, invitada especial del Festival Internacional Titiritodos 2015.
Primero miran desconcertados y con asombro a una mujer que lleva un traje de enfermera celeste adornado con alegres figuras, y que corre detrás de un barrilete por los pasillos. Se acerca hasta su puerta, y discretamente les pide permiso para actuar. Y actúa. Y cuenta cuentos divertidos con muñecos inventados. Y roba sonrisas con la misma facilidad con la que hace hablar a sus personajes.
“Con las intervenciones buscamos revertir un poquito el dolor o el miedo que los niños tienen hacia los objetos que habitualmente usan los médicos y enfermeros, como las jeringas o las batas quirúrgicas, dándoles un nuevo sentido lúdico y divertido”, explica Lidia, mientras se prepara para recorrer, cama por cama, los pasillos del hospital.
Un niño la ve pasar, y sale a explorar de qué se trata. No tiene suero y puede movilizarse. Ella está actuando en otra habitación, y él tímidamente espía desde la puerta. Él tendrá doble función, porque la titiritera pasa cuarto por cuarto, desplegando su magia a los pies de cada cama. Hay para todos, sin excepción.
Fiestas en el hospital. “Vamos a venir también lunes y martes a este hospital, para poder hacer todos los pasillos del internado”, aclara Esteban Pereyra, organizador del Festival que se inició hace cuatro años. “Empezó en Villa General Belgrano, y se va expandiendo”, cuenta, y explica que este año mudaron las intervenciones entre Navidad y Año Nuevo al Hospital de Niños y al Pediátrico.
“Quisimos estar en donde los niños más nos necesitan en esta fecha, y luego vamos a andar por varias localidades, como Alta Gracias, José de la Quintana, Villa del Dique, San Agustín y muchos más”, describe.
El grupo “Carbón con patas” es el organizador del festival, que se extenderá hasta febrero, y que cuenta con el apoyo del Instituto Nacional de Teatro. En el Pediátrico (ex Casa Cuna), las obras se presentaran hoy, lunes y martes a las 10.30, en la sala de espera. En el de Niños, en cambio, la modalidad es cama por cama.
Voluntariado. Los pasillos del Hospital de Niños guardan otro gran tesoro: el Cuerpo de Voluntarios Dr. Romis Raiden. Silenciosamente y con perfil bajo, se ocupan a diario de ofrecer un espacio de recreación a para los pacientes. “Tenemos una sala de proyección, donde les mostramos películas, y una sala de juegos armada completamente con donaciones”, afirma Miriam Picatto, y asegura que el bajo perfil forma parte del legado del doctor Raiden. Llevan casi 50 años trabajando por y para la sonrisa un niño. Allí coordinan las donaciones de pañales, leche o ropa que llegan al hospital o las que ingresan a través de la cuenta del Banco Nación N° 21300632/11.
Fuente: Día a Día
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