Los hospitales provinciales cumplirán un mes de asambleas ininterrumpidas. Los gremios díscolos rechazan el acuerdo del SEP. Pacientes apoyan… Ojos tristes que recorren salas vacías, es lo primero que llama su atención.
Nunca antes en sus 20 años que lleva como paciente del Rawson vio el hospital tan venido a menos. “¿Qué ha pasado con nuestra salud pública? ¿En qué momento la dejamos venir tan a pique?”, se pregunta Mirta, vecina de barrio Acosta, compungida en la sala de espera de los consultorios externos.
Cruzando la avenida Ferroviarios, en la Bajada Pucará, una ciudadana boliviana espera un turno para su tía. La viejita se cayó un buen día, como les pasa a muchas personas mayores, y a partir de allí quedó reducida a una silla de ruedas. “Sabemos que los médicos están de protesta. Nosotros apoyamos, y nos vamos agradecidos por la atención”, cuenta Encarnación, en el Hospital San Roque.
Así como los padres suelen apoyar los reclamos de los docentes –poniéndose al hombro largas protestas, incluidas tomas de establecimientos–, los pacientes de los hospitales públicos provinciales (que ya llevan 28 días de asambleas) parecen sintonizar con la melodía de sus trabajadores.
Salvo el jueves pasado, los hospitales no se han paralizado. La mayoría de los servicios funcionan, a excepción de algunos trámites administrativos que se cortan durante el tiempo de la asamblea. Lo que más llama la atención es el apoyo de la gente que todos los días se sube a un colectivo para lograr una respuesta a sus dolencias.
Funcionan
El respaldo de los pacientes a la protesta y el funcionamiento de los hospitales (pese a la medida de fuerza) sorprende. En un recorrido realizado el miércoles pasado por cuatro hospitales de Córdoba Capital, este diario pudo comprobar que la mayoría de las personas se va a su casa con su necesidad satisfecha.
En el Hospital Neonatal pisa fuerte la Unión de Trabajadores de la Salud (UTS), una agrupación que en las protestas de 2011 lideraba el médico Carlos Altamirano. Ese es el gremio que más adeptos ha logrado quitarle al oficialista Sindicato de Empleados Públicos (SEP), que comanda el delasotista José Pihen.
“Todas las cirugías de bajo riesgo se reprograman en este hospital, al igual que las consultas. Durante la asamblea, atiende un solo equipo por la guardia. Y el quirófano se hace cargo sólo del alto riesgo y la adolescencia”, sentencia el delegado de ATE, Diego Chávez.
La tensión entre los médicos y el resto del personal de salud es visible en este centro, al igual que en el resto de los hospitales. “Se cortan solos”, es la palabra que más se escucha. “Algunos profesionales, como los obstetras, lograron convertirse en recurso humano crítico y cobran el doble que el resto. Por eso no se suman a las medidas”, comenta María Teresa Calzada, de ATE.
También es notorio el enojo con el SEP, que firmó un acuerdo de aumento salarial por el 26 por ciento anual “sin haber consultado a las bases”, comenta Pablo González, delegado del Hospital Rawson. Este centro de salud también funciona casi con normalidad. A excepción de la entrega de turnos por barandilla, durante las dos horas de la asamblea.
Polo sanitario
En el Hospital de Niños y en el San Roque nuevo el reclamo está presente en forma de asambleas permanentes. Pero también hay tensión entre grupos que pelean por lo mismo (la apertura de una paritaria específica para Salud), aunque no saben cómo encausarla en conjunto. Así es como, el jueves pasado, tres agrupaciones diferentes llevaron a la calle el mismo reclamo.
Por un lado, UTS realizó un corte y asamblea en la Bajada Pucará. ATE, por su parte, marchó al Ministerio de Salud provincial. Y Médicos Unidos, que lidera el obstetra Rubén Cantero, con protestas en sus lugares de trabajo. Esta situación resultó favorable para el Gobierno y para el ministro de Salud Francisco Fortuna, quien confirmó que descontará el día de trabajo a los que se plegaron a la medida del jueves pasado.
Con manguera de tres chorros, el Gobierno provincial intentará destrabar un conflicto que se desarrolla hace casi un mes, en forma atomizada, en los hospitales públicos de Córdoba.
Fuente: Dia a Dia
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