Los valores de los inmuebles han vuelto a aumentar con fuerza y la clase media queda cada vez más lejos de la vivienda propia.
El crónico déficit de viviendas en Córdoba y en todo el país reconoce varias causas y motivos, pero hay uno que sobresale del resto y que impide que millones de familias puedan acceder a su casa propia. Hablamos del altísimo costo que tienen las propiedades inmuebles, el que viene creciendo por encima de la inflación general y aventajando claramente los aumentos en los ingresos del grueso de la población.
De hecho, si se toman los últimos cuatro años, el incremento que ha experimentado el precio en pesos de un departamento de un dormitorio en un barrio como Nueva Córdoba ha sido de entre el 170 y el 180 por ciento, bastante por encima de lo que se ha ajustado el valor de la canasta familiar y de lo que han logrado recuperarse los salarios de los trabajadores: 139 y 144 por ciento, respectivamente.
Actualmente, un departamento a estrenar en Córdoba cuesta entre 68 y 85 mil dólares, dependiendo de la ubicación y las características de la unidad y del edificio, vale decir, entre 270 y 340 mil pesos de acuerdo al cambio de hoy. Una unidad de dos dormitorios, en tanto, se cotiza a 120 ó 130 mil dólares (medio millón de pesos).
En el caso de las casas, los valores son algo menores, pero el problema mayor es la falta de unidades disponibles en el mercado. Hoy, un duplex de dos dormitorios en un barrio de clase media, como puede ser Alta Córdoba o Poeta Lugones, no baja de 95 ó 100 mil dólares, vale decir unos 400 mil pesos constantes y sonantes. En barrios de un estrato menor, las casas disponibles valen entre 70 y 85 mil dólares, pero suelen ser bastante más antiguas.
Con semejantes valores, y una oferta de créditos hipotecarios que sigue siendo inaccesible para la mayoría de la población, a las familias de clase media o media-baja se les hace casi imposible adquirir una vivienda, con lo que siguen obligadas a pagar un alquiler mes tras mes.
Teniendo en cuenta que el salario privado formal en nuestra provincia (con aguinaldo devengado) es de unos 3.400 pesos, hoy hacen falta 88 sueldos completos para poder comprar un departamento de un dormitorio y 147 salarios para uno de dos habitaciones. Y si la comparación se hace con una casa de clase media, los sueldos equivalentes llegan a 117.
En 2006, cuando un departamento de un dormitorio valía entre 35 y 40 mil dólares, eran necesarios 79 sueldos para poder comprarlo. Y una casa, que en aquel momento costaba alrededor de 50 mil dólares, requería una inversión de 105 sueldos. Es decir, en apenas cuatro años, el sueño de la casa propia en Córdoba se ha alejado unos 10 sueldos completos más allá.
Mercado recalentado. El despegue de los valores inmobiliarios comenzó a observarse precisamente en 2006, cuando la demanda local empezó a verse fuertemente traccionada por las compras de productores rurales del interior provincial al compás de la suba en la cotización de la soja a nivel internacional.
El fenómeno siguió hasta mediados de 2008, cuando la pelea entre la Mesa de Enlace y el Gobierno nacional desalentó a los hombres de campo. La regular campaña agrícola del año pasado, sumada a la crisis internacional, estabilizó la demanda y con ello los precios de los inmuebles dejaron de subir.
Pero a partir de este año, con el crecimiento económico general y la soja haciendo punta otra vez hasta llegar a los 1.400 pesos por tonelada, la demanda volvió a recalentarse y los precios de los departamentos volvió a crecer. Para tener una idea de esa reactivación, vale decir que un departamento de dos dormitorios sobre los corredores más buscados de Nueva Córdoba (frente a Patio Olmos, sobre avenida Estrada o Hipólito Yrigoyen) llega a costar la friolera de 140 ó 150 mil dólares.
«La demanda del interior volvió a hacerse notar, y los precios de los departamentos volvieron a subir después de un 2009 en el que estuvieron planchados», le dijo a este diario un referente inmobiliario de la ciudad. «Y para el año que viene, se espera un incremento en los valores de entre el 12 y el 15 por ciento en dólares», pronosticó.
La escalada de los precios de los inmuebles es tal que hoy ha perdido sentido comprar un departamento por la renta que pudiera arrojar esa propiedad.
Por ejemplo, hasta hace unos años, el precio de un alquiler se calculaba sobre la base del uno por ciento del valor del inmueble, una relación que actualmente es imposible de respetar ya que un departamento de un dormitorio debería rentarse en 3.000 pesos por mes, cifra que muy difícilmente pueda pagar un inquilino.
Con ello, los alquileres se están pautando hoy en torno al 0,5 por ciento del precio de la propiedad, a tono con la capacidad económica de la mayoría de los inquilinos.
«Ya nadie compra departamentos para tenerlos como renta. Hoy, quien compra una propiedad como inversión, lo hace como reserva de valor y especulando con una posible suba a futuro», señaló un conocedor de la plaza inmobiliaria local.
Comentar post