Jóvenes jugadores en Córdoba el 31% de los universitarios de Córdoba son apostadores con riesgo de desarrollar trastornos vinculados al juego. Confunden azar con estrategia.
Comprar un cartón de Telebingo en el quiosco de la esquina, ir a las tragamonedas y jugar al póker o al truco por plata son distintas modalidades de juego que tienen fuerte presencia en la comunidad terciaria y universitaria de Córdoba. Si bien hoy los problemas derivados de este tipo de juegos de apuestas no aparecen como severos, si no son detectados y tratados a tiempo, pueden surgir consecuencias patológicas.
De acuerdo con los datos obtenidos por el estudio “Prevalencia de juegos de apuestas, síntomas depresivos y distorsiones cognitivas en jóvenes universitarios”, realizado en Córdoba y publicado la semana pasada en la Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento, poco más del 30 por ciento de los estudiantes –de entre 18 y 35 años– presenta una modalidad riesgosa de juego, lo que implica una alta probabilidad de desarrollar trastornos vinculados a las apuestas.
Dentro de ese grupo hay dos subgrupos: “jugadores en riesgo” (25 por ciento del total) y “jugadores problemáticos” (6 por ciento).
En el análisis derivado de los datos obtenidos a través de cinco cuestionarios elaborados bajo parámetros internacionales y adaptados para la investigación, se llegó a establecer que no hay, por ahora, niveles de depresión de los participantes en función de la frecuencia ni del tipo de juego de apuestas. “Más del 90 por ciento mostró depresión mínima o leve”, le dijo a Día a Día Belén Vera, una de las investigadoras que integró el equipo de trabajo en el ámbito de la Facultad de Psicología de la UNC.
–¿Y dónde está el peligro?
–Se hallaron distorsiones cognitivas que aumentan en relación con la severidad y la frecuencia de los juegos de apuestas.
–¿Distorsiones cognitivas?
–Son creencias erróneas acerca de la realidad. En el caso de los juegos de apuestas, tienen que ver con una falsa creencia respecto de las posibilidades de ganar. Estas personas confunden juegos de azar con juegos de estrategia. El apostador cree que está usando estrategias, cuando en realidad todo depende de la suerte. Las personas con este tipo de distorsión cognitiva sobreestiman las chances que tienen de ganar, lo que hace que jueguen cada vez más.
Problema en potencia. Según la especialista, “estos trastornos cognitivos se consideran factores de riesgo para la generación de una modalidad patológica futura”. Es que los jóvenes con estos perfiles de distorsión cognitiva tienen una mayor probabilidad de ser jugadores frecuentes y de presentar una modalidad potencialmente problemática de juego.
Según se explica en el análisis de los resultados de la investigación, “es posible pensar en utilizar esta variable para detectar de manera temprana a los sujetos más vulnerables, que son los que pueden llegar a desarrollar trastornos con los juegos de apuestas”.
Un tema clave, que diferencia a este estudio de otros, es que se hizo en una muestra de jóvenes que desconocía si tenía problemas con el juego. Hasta ahora, la mayoría de las investigaciones se han basado en personas con patologías relacionadas con las apuestas. “A la conducta de apostar se la puede imaginar como una línea con diferentes grados de severidad. De un lado está el juego recreacional o casual y, del otro, el patológico”, dijo Vera. “Lo que buscamos fue saber si los síntomas depresivos y las distorsiones cognitivas estaban también presentes en niveles poco severos de trastornos por juegos de apuestas”, finalizó.
Por plata. El 55,8% realizó apuestas en el último año y el 17,9% en el último mes.
Frecuencia. Cerca de la cuarta parte del total de alumnos son jugadores frecuentes.
A las cartas. Entre los que realizaron apuestas en el último año, las modalidades más comunes fueron: apuestas en grupo (63,4%) –por caso, jugar a las cartas con amigos– y apuestas en quinielas (45,1%) –telebingo y lotería–.
En casa. Los juegos de cartas (con apuestas) más comunes son el póker y el truco. También apuestan en juegos de mesa y hacen apuestas deportivas. Por ejemplo, “te apuesto X pesos a que Argentina le gana a Alemania”.
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