Y una noche… se hizo la luz. Jesús María vivió su primera luna estrenando iluminación y con clima protocolar y también de fiesta.
Se levantó definitivamente el telón para los grandes festivales de verano en Córdoba: anoche empezó la 46ª edición del Festival de Doma y Folclore de Jesús María y a pesar de la amenaza de lluvia, fue una fiesta. Es que hasta las 18.30 la llovizna obligó a que la mayor parte del campo de la doma permaneciera cubierto con una lona, de forma tal que a la noche estuvo reluciente. Esta vez, además, el talento de los jinetes se puede ver mejor gracias al nuevo sistema de iluminación del predio: ahora cada una de las cuatro torres de luz tiene 15 reflectores, cuando antes tenían 12 (era una incógnita saber cómo iban a reaccionar los caballos en la doma con ese cambio, si no se iban a sentir encandilados).
Esta fue parte de la inversión que realizó el Gobierno provincial en mejoras. El gobernador Schiaretti estuvo anoche en el Anfiteatro Municipal José Hernández y anunció que para el año que viene habrá un desembolso de 1,1 millón de pesos para la remodelación de los baños y la automatización de las luces. Además, este año el predio demostró cumplir normas internacionales de habilitación, con una ampliación de su capacidad a 19.760 personas en todas las gradas, y 31.760 cuando está habilitado el campo.
Antes de la televisación, mientras iba llegando el grueso del público, amenizaron con su música el catamarqueño Cololo Macedo y Los Duendes, con un selecto repertorio de boleros. Ya con los presentadores (encabezados por el maestro de ceremonia Carlos Franco, de impecable traje blanco y corbata fucsia) sobre el escenario Martín Fierro, desfilaron por el campo del anfiteatro las 20 cooperadoras de los colegios de la zona que son las beneficiarias de lo recaudado en el festival.
Se mira por TV. A las 22.34, en la voz de Mario Escurria acompañada por el clarín, se vivió la apertura oficial del encuentro. Mientras las delegaciones iban montando caballos criollos, la locutora Julia Cárdenas fue repasando la historia del festival. Las distintas academias de danzas y ballet tomaron la posta para bailar Zamba de mi esperanza y Zamba a Morteros en la emocionante versión de Mercedes Sosa, enganchada con el Chango Nieto en De Simoca, entre otras.
Si bien el anfiteatro no estaba colmado, el marco de público fue muy bueno para una primera noche. Pasado el fervor de ese comienzo, con un amplio despliegue en todo el campo de doma, vino el ingreso de la imagen de la Virgen María y la interpretación del Ave María a cargo de Tania Torres (18), que pisó a los 6 años por primera vez el escenario de Jesús María ya que es de Colonia Caroya. Tras izar la bandera en el escenario mayor, mientras seguía tocando la Banda de la Gendarmería Nacional Argentina, salió a escena Silvia Lallana para entonar, a capella, el Himno Nacional Argentino. Una parada difícil para la cordobesa, pero que logró superar y conmover, cantando rodeada de niños.
Julio Aguirre, el párroco de Jesús María, brindó su bendición al festival como también indica la tradición. Hugo Baldo, el presidente del Festival, dio un discurso que obvió mención alguna a Alfredo Espíndola, el jinete muerto trágicamente el año pasado, reflejando cuál es la estrategia oficial sobre el hecho. Los fuegos de artificio dejaron la noche a punto para que comenzara la música. A las 23.36, subió a escena Roxana Carabajal, quien tuvo tiempo para presentar cinco canciones antes de que comenzara el campeonato de doma. El cierre, estaría a cargo de Jairo. Jesús María ya latía una vez más.
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