La escuela Julián Baquero invitó a la comunidad a abrir sus ojos para sentir lo que siente una persona con discapacidad visual. La propuesta era simple: invitar a la comunidad cordobesa a sentir lo que siente una persona ciega cuando sale a la calle y se enfrenta con innumerables barreras físicas, sociales y culturales que le impiden desarrollar su vida con tranquilidad.
El convite corrió por cuenta del Centro de Rehabilitación para discapacitados visuales Julián Baquero, y conmovió a todos. “Fue una experiencia hermosa. Les ofrecimos a personas comunes realizar experiencia vivenciales de la vida diaria, con antiparras y un bastón blanco, para que se metan en la piel de una persona ciega”, le dijo a Día a Día Silvia Romero, directora de la institución. “Y la verdad –aseguró–, es que fue muy movilizante para todos”.
Participaron alumnos de distintos colegios de la ciudad y vecinos de barrio Villa Belgrano, donde está el colegio. También se utilizó un simulador óptico, para que los asistentes experimentaran cómo se relaciona con el mundo una persona con baja visión. Asimismo, los automovilistas que acertaban en pasar por el lugar, recibieron folletos especialmente diseñados con sugerencias sobre cómo manejarse frente a una persona con discapacidad visual.
“Desde hacía tres años, teníamos como evento principal la colocación de un bastón blanco gigante en la Mujer Urbana. Pero esta vez decidimos correr el foco de la persona ciega, y trasladarlo a la comunidad y nuestro entorno, para que todos tomemos conciencia de la necesidad de integrarnos y respetarnos”, afirmó Romero.
Justamente por ello, el bastón gigante fue portado ayer por decenas de alumnos y vecinos que se sumaron a la iniciativa, en lo que fue el momento más simbólico y emotivo de la jornada. Para el cierre, la banda local Tranka Style tocó el tema Somos Uno.
Fuente: Dia a Dia
Comentar post