Para los posibles relevos de Giacomino es grave el impacto de la deuda con Tecsa en las finanzas municipales, aunque no «mortal». Planes para subir ingresos, y palos a Kammerath, Juez y Giaco.
Quizá porque se preparan para «bailar con la más fea» en materia de finanzas municipales, la mayoría de los candidatos a suceder a Daniel Giacomino el 10 de diciembre mostraron una preocupación medida por el embargo sobre los ingresos detonado por la deuda con Tecsa.
Todos se dijeron «preocupados» por el impacto de la deuda de 123 millones que deberá honrar la comuna, la forma en que se precipitó su cobro (con el embargo de una primera cuota mensual de 10,2 millones de pesos) y los varios millones en honorarios profesionales que también habrá que abonar.
Sin embargo, en general, no consideraron que esta nueva acreencia cambie en forma determinante el panorama económico que esperan recibir de Giacomino y hasta citaron otros pasivos que los preocupan mucho más, como las 100 mil horas extra que abonó la comuna en 2010 y los casi 100 millones que debió girar a Tamse.
Por caso, Olga Riutort (La fuerza de la gente) aseguró que esas serán sus dos principales fuentes de ahorro para proveerse de mayor recaudación: «El doble turno laboral que proponemos permitirá dejar de pagar horas, y la privatización de Tamse (conservando estatal sólo trolebuses) liberará hasta 90 millones de pesos», calculó.
Héctor Campana (Unión por Córdoba), por su parte, citó otra fuente posible de financiamiento: «Tenemos un plan para aumentar la recaudación de tasas sin subirlas, sólo revirtiendo ineficiencias. Eso podría generar ingresos por 300 millones de pesos».
chilenitas. Los candidatos también dispararon críticas a los intendentes a los que atribuyeron responsabilidad por esta deuda, aunque la trayectoria de cada disparo tuvo el sesgo de la pertenencia política de su gatillador. Carlos Vicente (Nuevo Encuentro) fue el primero en criticar a (Germán) Kammerath, (José Manuel) De la sota y (Olga) Riutort por «seguir ahorcando la ciudad», aludiendo al trío que encabezaba el Gobierno municipal y provincial (los dos segundos) al momento de firmar y rescindir el contrato con Tecsa.
Al respecto, Riutort señaló: «No se qué tendrá que ver el Gobierno provincial con el municipal. Él (Vicente), que integró gestiones municipales posteriores, es responsable por el juicio de 70 millones que le siguió», dijo.
En tanto, Campana prefirió cargar las tintas sobre Juez y Giacomino, que «no tomaron la decisión de resolver esto» y «patearon la pelota hacia delante».
Sebastián García Díaz (Frente Popular) coincidió con esa mirada: «Esa plata se pierde por desidia, por no defender al municipio».
«La mayor estafa» Eso fue, en la historia de la Municipalidad de Córdoba, el contrato firmado con Tecsa y la forma en que se rescindió; aseguró Oscar Basaez, secretario de Defensa de la Fuente de Trabajo del sindicado de los municipales (Suoem) durante la gestión de Germán Kammerath (1999-2003). El gremio fue el enemigo más eficaz contra ese acuerdo y protagonista en su cese: «Nos criticaban porque le hacíamos la contra, pero queríamos salvar a la municipalidad de esa estafa», dijo.
«El contrato nació irregular, porque Kammerath violó la orgánica municipal que obligaba a hacer concesiones de ese tipo con aprobación doble del Concejo Deliberante. Él lo hizo por decreto», señaló. «Supuestamente era para que digitalice el municipio, pero en realidad Tecsa iba a tomar el manejo de la recaudación y la política tributaria. A cambio, cobraba hasta el 31 por ciento del excedente de recaudación que ella generara, tomando como base el 2000. Sin embargo, 2001 fue el año de menor recaudación en la historia, sólo pagó el 17 por ciento de los contribuyentes, y Tecsa quería cobrar. Cuando rescindieron el contrato le reconocieron 34 millones de pesos de deuda a cambio de nada», criticó el gremialista.
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