La aceleración de los precios en alimentos, servicios y bienes, en general, liquidó la capacidad de compra del salario. Hoy, los sueldos reales están 15% más abajo que en agosto pasado. Salvo los estatales, los aumentos en el sector privado llegan con el ingreso de abril.
Unos tarjetean los últimos días del mes cosas que antes jamás. Otros usan algún descubierto que les permite la cuenta sueldo. Están los que han reducido gastos más prescindibles, como algún paseo o salida a cenar; y están los que han tomado decisiones drásticas, como cortar la alarma, suspender las actividades extraescolares y hasta buscar un colegio más económico para los chicos.
La conclusión se repite por donde uno escuche: el sueldo no alcanza. Quien vive de ingresos independientes quizá todavía la pase peor, porque sufre en carne propia el recorte que aplican sus clientes.
“Eso está ocurriendo, y quizá ahora, en abril, estemos en el peor momento”, apunta el economista Gastón Utrera. Y describe la “curva” que tradicionalmente dibujan los salarios: caen los primeros meses, se recuperan a la mitad y vuelven a caer al final del año.
Pero en este 2016, la caída inicial ha sido muy brusca. La inflación se aceleró semanas antes del cambio de gobierno, lo que trasladó a los precios la probable devaluación por anticipado. Cuando eso pasó, en diciembre, el impacto sobre los precios se aceleró y los alimentos acusaron recibo en diciembre, enero y febrero.
En esos tres meses, por ejemplo, la canasta de 41 productos de referencia que releva La Voz del Interior aumentó 8,5 por ciento y en marzo, se estabilizó. La carne hoy está 44 por ciento más cara que en abril pasado. Los combustibles acumulan un alza interanual del 30 por ciento, con un salto estrepitoso del GNC, que aumentó 50 por ciento de una sola vez el primer fin de semana de abril.
Y faltan los servicios: la energía en Córdoba está más cara desde febrero. El gas natural residencial es 300 por ciento más caro desde abril, lo que significa que todavía esa factura no llegó a los hogares.
El abono del teléfono fijo también aumentó (regirá en mayo) y muchas compañías ya aplican un ajuste sobre la telefonía móvil. Los impuestos y tasas que cobra la Provincia y el municipio tampoco se quedaron quietos.
Para quienes tienen hijos en colegios privados, en abril y mayo se aplica el ajuste de la cuota. La lista sigue: peajes, seguros, ropa, remedios y mantenimiento del auto…
Salarios abajo
“El poder adquisitivo de los salarios en blanco está nueve por ciento debajo de lo que estaba hace un año y 15 por ciento debajo respecto de agosto pasado”, describe Utrera. En agosto, la gran mayoría de los ingresos acababa de recibir los aumentos negociados en paritarias, pero ahora, aquellas viejas subas quedaron viejas frente a los incrementos de precios.
El problema es que son pocos los gremios del sector privado que han logrado cerrar la paritaria. Buena parte de los que firmaron lo hicieron por seis meses y cobran el aumento (o la primera cuota) en abril, en el salario a recibir los primeros días de mayo.
Comercio percibirá el 20 por ciento; la construcción, el 22 y los empleados de estaciones de servicio, el 17. Los panaderos acordaron el ocho por ciento en abril y el nueve en julio y los trabajadores de la carne, 14 por ciento en abril más dos cuotas de ocho por ciento cada una. Hay otros que todavía negocian. Y están los estatales, que fueron los primeros en cerrar.
Ahora, para que los salarios conserven poder adquisitivo, es clave que ceda la inflación. El Gobierno nacional asegura que eso ocurrirá en el segundo semestre del año. La “inflación Congreso” marcó una suba del 35 por ciento para los últimos 12 meses. Utrera cree que bajará, pero igual seguirá en torno del dos por ciento mensual.
Fuente. La Voz
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