El intendente de la capital cordobesa dejó sin efecto esta noche la adjudicación a la empresa de transporte urbano de pasajeros Ciudad de Córdoba, que a partir del 1 de agosto será reemplazada por las otras que le siguieron en el proceso de licitación.
El anuncio lo realizó el propio Mestre, que, por medio de un decreto, dispuso que los corredores con los que contaba Ciudad de Córdoba «estarán a cargos de las empresas Ersa, Autobuses Santa Fe y Coniferal», que ya prestan servicio en la capital provincial.
El jefe municipal aclaró a la prensa que asume «el costo político de la decisión», pero convencido de que él cumplió «con su parte» de lo que se había acordado con la empresa y agregó que «están garantizados las fuentes laborales» de los trabajadores.
Luego, el secretario de Tranposrte municipal, César Ferreyra, precisó que la garantía alcanza a «alrededor de 830 trabajadores de la empresa Ciudad de Córdoba que están afiliados en Unión Tranviarios Automotor» (UTA).
Con la decisión adoptada, las autoridades municipales rechazaron el pedido que esta tarde había efectuado el presidente de la empresa Ciudad de Córdoba, Mariano Llabot, que había solicitado la ampliación del plazo de 24 horas, que ayer se le había concedido, para poder presentar un plan de capitalización e inversiones.
Ayer, Mestre había intimado a la empresa a que, en 24 horas, presentara un plan de capitalización bajo pena de quitarle la concesión del servicio, dado que los empleados de la compañía concretaron un paro desde las 20 del lunes, medida a la que se sumaron los trabajadores de las otras líneas, lo que ayer paralizó el transporte en la capital cordobesa.
Para asegurar sus fuentes laborales, los trabajadores de la empresa reclaman que el municipio firme el contrato de concesión definitiva, dado que la compañía cuenta con una habilitación provisoria, pero las autoridades exigen un plan de inversión en función de la auditoría financiera que realizaron a la firma.
La protesta derivó en la decisión de la UTA de declarar la medida de fuerza, que se extendió a las otras empresas concesionarias, Autobús Santa Fe, Ersa, Coniferal y la residual de Tamse, la privatizada compañía municipal que administra el servicio de trolebuses.
La medida de fuerza comenzó sorpresivamente en la tarde del lunes y se prolongó hasta anoche, cuando comenzó a normalizarse el servicio en las tres empresas (Autobuses, Ersa, Coniferal y Tamse) y, finalmente, en la propia firma Ciudad de Córdoba.
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