Tras balacera narco, Javier pelea por vivir… El chico de 8 años sufrió un balazo que ingresó por el tórax y le afectó el páncreas. Dos facciones antagónicas de Villa 9 de Julio y Villa Allende Parque se tirotearon frente a una escuela, que fue evacuada. El pequeño herido estaba en el patio de su casa.
Un niño de 8 años sobrevivió de casualidad tras ser alcanzado por uno de los tantos disparos que dos bandas antagónicas de barrios Villa 9 de Julio y Villa Allende Parque, al noroeste de la ciudad de Córdoba, cruzaron ayer a la siesta.
La balacera se produjo en la parte de atrás de la escuela primaria Saúl Taborda, del primer barrio, en cuyo muro se contaron al menos 13 tiros.
Esto obligó a que los chicos se arrojaran al suelo y luego fueran retirados por sus padres.
En tanto, el pequeño herido fue internado en el Hospital de Niños, donde se constató que el balazo le ingresó por el tórax y le atravesó el páncreas. Quedó con respirador, pero el pronóstico era alentador.
De acuerdo con vecinos y policías, las bandas que se tirotearon se disputaban deudas de narcotráfico. Viene de tapa
“Nos llamaron de la escuela y nos dijeron que fuéramos a buscar a los chicos, que había un tiroteo. Cuando llegué, fue algo muy feo. Los chicos estaban sentados en el suelo, llorando, atemorizados”.
El relato de un padre sintetiza el drama registrado ayer al comienzo de la siesta en el corazón de Villa 9 de Julio, al noreste de la ciudad de Córdoba.
Otra vez, una balacera fría que cortó el aire en una zona acostumbrada, a la fuerza, a convivir con los balazos cruzados a cualquier hora.
Una muestra más de la violencia extrema que afecta a vastos sectores de la capital provincial.
A los tiros
De acuerdo al relato de vecinos y fuentes policiales, la reconstrucción de la locura comienza alrededor de las 14.
A esa hora, en los senderos de tierra ubicados en la parte más humilde de esa barriada, varios se sentaban en el patio para comenzar a almorzar.
En uno de los pasaje, contra uno de los paredones de la escuela primaria Saúl Taborda, descansaba un auto blanco, con varios jóvenes en su interior. Acaso, como esperando algo.
Fue entonces que por otra cortada de tierra, perpendicular, apareció una camioneta Ford Ecosport beige, también con varios sujetos encima.
Algunos dijeron que sólo escucharon algún insulto suelto. El resto, sólo balazos.
“Fue impresionante, parecía una ametralladora”, graficó un hombre que rápido corrió junto a su familia a guarecerse al interior de la casa.
Pocos ayer se animaban a hablar con nombre y apellido. Y menos frente a la vigilante mirada de otros vecinos que custodiaban que el código del silencio no se resquebrajaba.
Es que la balacera tenía un contexto marginal y delictivo.
Todo apunta a que estuvieron involucrada dos bandas antagónicas de Villa 9 de Julio y del aledaño Villa Allende Parque, que durante el fin de semana ya habían librado una disputa similar, pero en el segundo territorio.
Allí, terminó baleado en una pierna uno de “los Cabrera”, como se conoce a la facción de Villa Allende Parque.
No hubo denuncia judicial porque, como es usual en este submundo, todo se dirime sin las instituciones formales de por medio. Y así fue. Ayer a las 14, “los Cabrera” treparon a la Ecosport y recorrieron las pocas cuadras que los separaban de los pasillos de tierra que rodean a la escuela primaria.
No alcanzaron a asomarse que los tiros asombraron al barrio.
En el muro del colegio los peritos de Policía Judicial contabilizaron 13 balazos. Todos calibre nueve milímetro.
Si alguno traspasaba el ladrillo de material o el portón de rejas, el sa ldo hubiera sido peor.
Los vecinos aseguran que también vieron una escopeta recortada.
Un poder de fuego que describe a las bandas involucradas: no eran improvisados y tenían el dinero suficiente para hacerse de ese armamento.
Malherido
En la otra dirección, uno de los proyectiles terminó impactando en el estómago de Javier José G. (8), que estaba jugando en el patio de su casa, ubicada en calle Yupanqui, a unos 200 metros del tiroteo.
Por el lugar donde fue baleado, se sospecha que el disparo salió de la banda del auto blanco, conocida como “Los Chuncanos”.
De inmediato, Javier fue trasladado al dispensario de Villa 9 de Julio, donde se solicitó una ambulancia que lo llevó, escoltada por un patrullero, hasta el Hospital de Niños, donde quedó internado alrededor de las 15.
En la terapia intensiva se comprobó que el balazo nueve milímetros ingresó por el tórax y quedó alojado en el abdomen, tras perforar el páncreas.
Pese a lo grave del cuadro (quedó con respirador mecánico), los médicos eran optimistas. “La sacó barata”, apuntó una fuente médica.
Tras un llamado al 101, la Policía copó el barrio.
El comisario mayor Jorge Gómez confirmó que hubo ocho demorados, entre ellos una adolescente menor de edad que fue sorprendida junto a un mayor en una Ecosport que coincide con la descripta por los testigos.
La mayor parte de los sospechosos es de Villa 9 de Julio.
Fuente: La Voz
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