En los últimos años también bajó la edad. La suba se relaciona con la soledad y la falta de comunicación. Para los expertos, la mejor manera de prevenir es generar “conexión humana”.
Los datos estadísticos y la experiencia en los consultorios son coincidentes: los casos de suicidios adolescentes han crecido en los últimos tres años y, además, disminuyó la edad de chicos con conductas autolesivas, como cortes en brazos y piernas. Hay preocupación en las escuelas y en las familias.
El tema se debatió en las Jornadas de Prevención y Tratamientos en Adolescentes con Conductas de Riesgo Suicida, organizadas por la Clínica Privada Saint Michel, la Fundación Michref y la Universidad de Temple (Estados Unidos), que se realizaron en Córdoba la semana pasada.
Según los expertos, la suba está relacionada, entre otras cosas, con la soledad que experimentan hoy los adolescentes, los pobres vínculos con los adultos y la falta de expectativas.
“Estamos en un momento paradójico, en el que vemos un exceso de comunicación artificial, estamos conectados en el teléfono pero no estamos conectados en la mirada, en la palabra”, opina Carolina Hausmann-Stabile, egresada de la UNC y profesora de Trabajo Social en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Temple, en Filadelfia (Estados Unidos).
“Desde hace tres o cuatro años se ven conductas de riesgo suicida en adolescentes de 13 y de 14 años, cuando antes se empezaba a ver ese tipo de actitudes recién a partir de los 15 y 16”, alerta Silvia Martínez, psicóloga y coordinadora del área infanto-juvenil de la clínica Saint Michel. Y agrega que el momento más crítico es entre los 14 y los 16 años.
“Es un fenómeno que nos estamos planteando en el mundo porque no sabemos si es un artificio de la medición, que se mide mejor o que la gente no tiene vergüenza de reportar, pero sabemos que está incrementándose la cantidad de casos”, dijo Hausmann-Stabile.
En este contexto, la prevención requiere un abordaje desde diversos sectores. “La intervención más eficaz contra el suicidio es generar conexión humana entre todos los actores involucrados, padres, escuelas, instituciones sanitarias y sociales”, asegura. Las conductas suicidas son un síntoma.
“Los adolescentes están solos y necesitan contención, por lo que apuntamos a construir redes para familiares y profesionales”, explica Martínez, quien asegura que las adicciones y los trastornos alimentarios tienen alta incidencia en las tasas de suicidios. Los casos se observan en todos los niveles sociales.
“Es una preocupación en el mundo y un tema tabú, del que no se habla. Hay que hacer foco en la prevención. Si bien es un tema de salud pública, se amplía a otros sectores: la familia, la escuela, los clubes, lugares donde hay que abrir espacios de contención”, insiste.
Cómo prevenir
“Desde lo preventivo, sabemos que los adolescentes que intentan suicidarse generalmente lo hacen después de un conflicto familiar y este conflicto es parte de una cadena conflictiva cada vez más intensa”, sostiene Hausmann-Stabile.
Y agrega: “Sabemos que, en ese contexto de constante conflicto, hay mayor vulnerabilidad para el intento de suicidio. Es normal evolutivamente que los chicos discutan con los padres, pero es preventivo cuando el chico sabe que si le pasa algo grave puede acudir a los padres a que lo escuchen. En los chicos con intento de suicidio, eso no está presente”.
La experta asegura que una manera de prevenir, además de estar atentos y escucharlos, es acompañarlos, conectarse y compartir experiencias placenteras: mirar televisión o ver un partido de fútbol, por ejemplo.
Un pedido al mundo de los adultos
Demanda creciente. La clínica Saint Michel comenzó a atender, en sus comienzos, a una población adulta, pero en los últimos 10 años creció la demanda de atención a adolescentes.
Casos de urgencia. Se observan conductas autolesivas en la población de 14 a 16. “Tanto en consultorios externos como en el internado, son las demandas de mayor urgencia”, asegura Silvia Martínez, del área infanto-juvenil de la Saint Michel.
Multicausal. Varios factores inciden en las conductas autolesivas. La prevención debe provenir de los ámbitos donde se mueve el chico: familia, escuela e instituciones sociales.
Fuente: La Voz
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