El Cordobazo, un legado de todos y todas “El saldo de la batalla de Córdoba, “El Cordobazo”, es trágico. Decenas de muertos, cientos de heridos. Pero la dignidad y el coraje de un pueblo florecen y marcan una página histórica argentina y latinoamericana que no se borrará jamás”. Rodolfo Walsh
Rector de la UNC
El 29 de mayo de 1969 el pueblo cordobés hizo suyas las múltiples demandas de una sociedad cansada del gobierno dictatorial de Onganía. Una sociedad que, desde las calles de nuestra ciudad, le decía basta a una política económica subsidiaria a los intereses de los poderosos locales y extranjeros, al hambre y desigualdad que se expandían por el país, a las intervenciones de las universidades nacionales, a la quita de las más básicas libertades ciudadanas y derechos conquistados y a la represión de las protestas sociales. Ante aquel gobierno impuesto por la fuerza, el pueblo organizado supo expresar su voluntad democrática y su convicción de que los problemas nacionales no son asuntos de unos pocos sino de las grandes mayorías. Trabajadores, estudiantes y docentes universitarios, religiosos de distintas creencias, artistas e intelectuales, y el pueblo todo, tomaron las calles de nuestra ciudad para reclamar por los sueños de una Nación que nos habían robado.
El país que dio origen a esa gran gesta popular conocida como “El Cordobazo” ya no es el mismo que el de nuestros días. Sin embargo, y pese a todos los logros conseguidos en casi tres décadas de democracia ininterrumpida, muchos de los sueños por los que se movilizó el pueblo cordobés siguen pendientes de resolución. Y los universitarios de Córdoba y de todo el país debemos renovar nuestro compromiso por colaborar, como entonces, en la construcción de una Nación más justa, solidaria y equitativa.
Aquel gobierno dictatorial quiso callar la voz de los universitarios interviniendo nuestras casas de estudios, pero no lo consiguió. Y esto nos debe obligar a reflexionar sobre el valor de la autonomía universitaria. La autonomía era entonces y es ahora una bandera democrática, pues una Universidad firme al servicio de los grandes desafíos y problemas nacionales es necesariamente una Universidad con capacidad de autodeterminación y autonomía de juicio. Sin embargo, y creo que este es el principal desafío de los universitarios de hoy, nuestra autonomía no debe llevarnos a creernos una “isla”. La Universidad es una de las tantas instituciones que debe trabajar democráticamente, tanto hacia su interior como en su relación con el resto de los estamentos del Estado y de la sociedad civil, por un país con inclusión social y ampliación de derechos y posibilidades. En definitiva, haciendo nuestras las banderas del Cordobazo, debemos ayudar a concretar, desde la especificidad de nuestros saberes y con la pluralidad de miradas y opiniones que nos caracteriza, ese sueño de país latinoamericano por el que el pueblo salió a las calles aquel mayo de 1969.
Fuente: La Mañana
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