Se llevaron todo de una vivienda en Santa Rosa de Calamuchita. Además, ofrecían curar con cartas y estafaron a varios vecinos por esa vía. Se presentaron engañosamente como turistas mejicanos.
Por ganarme unos pesos, salí perdiendo un montón”, se lamenta Marta Rivero (67), mientras toma un mate cebado por su hermana, quien intenta en vano levantarle el ánimo con alguna broma. Para sumar unos pesitos a su magra jubilación, la mujer decidió mudarse unos días con su madre y alquilar su casa, ubicada en Santa Rosa de Calamuchita, sobre la ruta 5.
Pero los supuestos turistas de origen mejicano que la rentaron su propiedad por diez días, a razón de 150 pesos diarios por persona, resultaron ser ladrones que huyeron de noche y se llevaron dos televisores plasmas, un equipo de música, una cocina, herramientas, cañas de pescar, cubrecamas y hasta los cuadros del living. Era un matrimonio con dos hijos adolescentes.
“La cocina era nueva, apenas había pagado dos cuotas”, agrega su hermana Juana.
Pese a que recién este martes finalizaba la estadía, la damnificada mantenía cierta desconfianza por los movimientos que poco se asemejaban a la vida de turistas. Por eso fue el día antes a hablar con ellos. Además, sospechaba que había huéspedes adicionales que compartían la vivienda.
“Vine y no había nadie, esperé sentada y vi unas piedras movidas en el portón del galpón donde yo guardaba cosas mías y estaban bajo llave”, comentó a La Voz. Cuando lo abrió, enseguida advirtió que faltaban elementos valiosos y luego, en su casa, comprobó que faltaban aún más. Estiman que se retiraron con el botín la noche anterior. Tampoco creyeron sobre la nacionalidad mejicana que argumentaban. «No les daba esa tonada», dijeron.
Tarotista de paso
Otro detalle que llamó la atención fue la cantidad de gente que ingresaba cada día a la casa ubicada cerca de la rotonda del principal acceso a la ciudad turística. En la localidad se habían distribuido folletos que promocionaban a Juana, una de las inquilinas, como tarotista.
Juan, un obrero de un aserradero del parque industrial de la ciudad, de origen misionero, mostraba en sus manos el volante que aseguraba “amarres, uniones de pareja, limpia de aura, casa, negocios, campos, todo tipo de problemas y enfermedades” y ofrecía “resultados fáciles y eficaces garantizados”,
“Como andaba mal de salud y mal de otras cosas, vine a verla, justo el día que había cobrado, además había que pagar solo cien pesos de consulta”, manifestó. Pero el hombre, que sufría de una úlcera, no solo desembolsó el valor de la consulta, también le pidieron dinero a cuenta del tratamiento y le entregó tres mil pesos que acababa de cobrar. Aseguraron que hay más personas damnificadas, que habrían engañado como a Juan.
“Yo se los dejé, no podía desconfiar, era parte de la cura que me tenía que hacer, ahora me secó el bolsillo”, ironizó. El hombre estuvo ayer desde las siete de la mañana esperándolos en vano y regresó a la tarde sin encontrarlos. Tampoco contestaron los mensajes que envió al número del teléfono celular con característica local que le dejaron.
El grupo circulaba en una furgoneta Hyundai color blanco con patente de Chile. Pese a la denuncia policial, no habría noticias del paradero de los ladrones hasta ahora.
Fuente: La Voz
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