Atroz: encerró a las hijas con el cuerpo de su madre asesinada. Un sujeto de 42 años enfrenta un juicio con jurados populares por el crimen de su pareja. Las niñas fueron testigos del sangriento episodio.
Horror podría ser la palabra que resuma el caso de femicidio que comenzará a ventilarse hoy en la Cámara Séptima del Crimen con jurados populares. Un detalle no menor es que este será el sexto juicio que se llevará a cabo en lo que va del año por violencia de género.
Un sujeto de 42 años comenzará a ser juzgado por el crimen de su pareja, a la que apuñaló mortalmente frente a sus dos hijas, y tras lo que huyó encerrando a las menores con el cuerpo sin vida de su madre. El aberrante episodio ocurrió en la tarde del 18 de junio de 2013 en una humilde vivienda de barrio Angelelli II.
Héctor Rafael Frías está acusado de los supuestos delitos de “homicidio doblemente calificado” y “privación ilegítima de la libertad”, por lo que de ser hallado responsable le cabría la única pena de prisión perpetua. El testimonio de las hijas de la víctima, al momento de los hechos de 5 y 7 años de edad, es una de las pruebas fundamentales del caso que se ventilará en la Cámara Séptima, cuyo tribunal será presidido por el doctor Ricardo Iriarte, y tendrá como fiscal acusador al doctor Marcelo Altamirano. La defensa de Frías estará a cargo del abogado Jorge Helal.
Por celos
Según la instrucción, Héctor Frías le había reclamado en más de una oportunidad a su pareja, María Elena Ordóñez, que no cruzara a la vivienda de enfrente, ya que presumía que la mujer lo engañaba. Así se habían ido sucediendo los reclamos, acompañados por violencia verbal y física.
Esa tarde del 18 de junio de 2013, alrededor de las 5 de la tarde, el acusado enceguecido por los celos una vez más le realizó cuestionamientos, lo que derivó en una discusión que terminaría en fatalidad. Al costado, y recién regresadas del colegio, las pequeñas hijas de Ordóñez eran testigos de la barbarie humana.
Una discusión verbal de ribetes, derivó en que Frías tomó una cuchilla de cocina, con una hoja filosa de 25 centímetros, y comenzó a apuñalar a la mujer en distintas partes del cuerpo.
Al menos once heridas de arma blanca recibió la víctima en aquel dormitorio, del que salió buscando ayuda pero se desplomó a pocos metros.
Con sus manos llenas de muerte y sin titubeos, Frías inició la huida, al tiempo que las niñas observaban atónitas y en silencio el macabro cuadro.
El acusado cerró la puerta con llave y se fue. Adentro del inmueble quedaron las menores y la madre de las mismas tirada en el suelo luchando por vivir con el último hilo de vida.
Un día después
De acuerdo a la etapa investigativa, las niñas vieron agonizar a su madre en el charco de sangre, tras lo que se acostaron, sin comer, y el macabro cuadro de escenario.
Recién a la tarde del siguiente día, el 19 de junio de 2013, una tía de ellas llegó al domicilio, preocupada porque su hermana no respondía a las llamadas.
“Mamá está muerta”, respondió la mayor de las hermanitas cuando su tía preguntaba del otro lado sobre lo que pasaba adentro de la casa. Pocos minutos después eran rescatadas ante la conmoción generalizada.
El horror ya se había impregnado en sus prendas, como el olor nauseabundo de la muerte. Ahora era el turno de la Justicia.
Fuente: La Mañana
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