El gasto de una familia en frutas y verduras subió 43%. En 2011, el 10% del egreso familiar iba a la verdulería, y ahora es del 14%. Pero el productor recibe monedas y asegura que la rentabilidad está en la comercialización.Consumir frutas y verduras es cada vez más caro. En apenas cinco años, la participación de este rubro sobre el total de las compras que realiza una familia tipo –suponiendo que no varía la cantidad que consume– aumentó 42,8 por ciento.
Al contrario de lo que podría pensarse, este aumento de la participación relativa fue a expensas de los lácteos, que bajaron 10 por ciento su incidencia, y de la carne y embutidos, que se redujeron 14 por ciento.
En 2011, de cada 100 pesos que destinaba una familia al súper, 10 iban a frutas y verduras. Ahora van 14,60, de acuerdo al relevamiento que realiza La Voz del Interior todos los meses en las grandes superficies. Por supuesto que son hipótesis: muchas de estas compras se hacen en otros circuitos, a veces se compra más y a veces menos, pero sirve para reflejar una realidad de contrastes: el consumidor paga cada vez más y el productor recibe cada vez menos. ¿Qué pasa en el medio? ¿Dónde está el desfasaje, problema o avivada, según quién lo mire?
Lo primero a destacar es el bajo consumo, habitual de los inviernos, más acentuado este 2015 en sintonía con el movimiento en general de la economía.
Esto, sin poner en consideración lo poco verde que hay en nuestra dieta, sea por falta de tiempo o de costumbre. Lo segundo, es la enorme brecha entre productor y consumidor. “No creo que esté barata la verdura, pero no es rentable con lo que al productor le pagan en el mercado, y vende muy poco”, dice Agustín Pizzichini, titular de Federación Agraria Córdoba.
Fuente: La Voz
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