Los trasplantes no sólo se hacen con órganos. Los huesos donados también pueden cambiar la vida a las personas. Cómo se reciclan…
Entre las curiosas, inquietantes y cinematográficas características de los huesos se podrían enumerar la de sostener la estructura del cuerpo, como el hormigón mantiene las paredes de una casa. Recurso inagotable y eficaz de las películas y cuentos de horror, los huesos transportan hacia aquello que nunca muere. Que jamás se desintegra.
Haciendo gala de estos atributos presentes en la imaginación, los huesos tienen la capacidad -ya de regreso a lo real- de mantenerse con vida, incluso cuando se desprenden del cuerpo en el que han sido creados. Los bancos de tejidos tienen la capacidad de mantener las células óseas vivas, mediante la técnica de la criopreservación: permanecer a 80 grados bajo cero.
“Así, los huesos pueden durar hasta diez años”, explica María Nieves Paverini, responsable del Banco de Tejidos del Ecodaic, “sucursal” cordobesa del Incucai, uno de los tres bancos de huesos de Córdoba (y uno de los diez del país).
“Al guardarlo en frío, las células nunca se mueren. Cuando se implanta en el paciente, primero se forma un proceso inflamatorio. Pero, después esas células se estimulan y comienzan a integrarse. A formar parte del organismo del paciente”. De los 208 huesos del cuerpo humano, sólo se extraen los más largos: fémur, tibia, húmero, radio y, en algunos casos, cadera y vértebras. También se reciclan los tendones (el de Aquiles, por ejemplo), muy demandados entre los deportistas que sufren accidentes severos.
Durante el año pasado, el banco del Ecodaic extrajo huesos en ocho donantes cadavéricos e implantó 96 segmentos de estos huesos en 39 pacientes, más del doble que durante el 2015. A diferencia de la donación de órganos, de los tejidos no depende la vida pero sí su calidad: evita amputaciones. Esto no tiene costo para el paciente. En caso de tener obra social, va por cobertura. Por año, el banco recibe más de 60 solicitudes de tejidos.
¿De dónde provienen los huesos del banco? En primer lugar, de algunos donantes cadavéricos que en vida expresaron su voluntad de donar. O un familiar que aceptó formar parte de este proceso altruista. Pero además, se consiguen de cirugías traumatológicas donde algunas partes se descartan. Los principales receptores son niños y adultos de mediana edad que sufren tumores malignos o benignos con mal pronóstico. Y adultos mayores con severos golpes, como quebraduras de cadera. “Muchas veces nos preguntan cómo queda el cuerpo una vez que extraemos los huesos. Siempre aclaramos a las familias que tenemos en cuenta la reconstrucción. No tocamos la cara. Sólo las extremidades”, aclara Paverini. Los huesos son las estructuras más firmes del cuerpo, gracias al calcio. Sin embargo, estas piezas tienen partes más blandas o esponjosas, que sirven para rellenar los huesos de los pacientes, a los que se retiran quistes malignos, por ejemplo. También tienen una estructura más dura para los injertos en tumores o traumatismos más severos.
Volver a vivir. Alexis Buffa (34) recibió un fémur cuando tenía 22. Los médicos le habían detectado un tumor maligno a la altura de la rodilla. Las opciones eran: no volver a caminar o recibir un hueso implantado. Fue intervenido en el Hospital Córdoba, con un tejido que provino del banco de ese centro de salud. Hoy la rompe en el fútbol como defensor y nadie lo para en los deportes.
El proceso. Una vez que el hueso se extrae, se toman muestras para descartar una posible contaminación con hongos y bacterias. Esas muestras van al laboratorio y, mientras tanto, el material espera en un freezer de cuarentena. Con los resultados en mano, comienza la limpieza en un quirófano con aire extra purificado a través de un sistema de flujo laminar.
Cada pieza se corta por segmentos, se embolsa y nuevamente se somete a un análisis de laboratorio, esta vez de microbiología. “Recién cuando nos percatamos que ese material tiene cero bacterias y cero hongos, ya está lista para utilizarse”.
Mientras tanto, cada día, en el banco de tejidos del Ecodaic, un equipo de cinco personas espera una llamada que anunciará, que en algún lugar de la provincia, alguien está dispuesto a mejorar más vidas. Y allí salen, a recoger una pieza más para su preciado banco de huesos.
Datos cada vez más que alentadores
Los datos respecto de la donación y la reimplantación de huesos en pacientes que los necesitaban para mejorar su calidad de vida no pueden ser más alentadores. En 2016 ingresaron 61 pedidos de tejidos y se implantaron 39 pacientes con un total de 96 piezas (a veces una persona puede recibir más de una pieza).
Los niños que sufren tumores y los adultos que tienen quebraduras son los principales demandantes.
Sin la donación altruista, no sería posible ninguna de estas intervenciones que mejoran la vida de las personas.
Para más información los interesados se pueden dirigir a calle Ayacucho 1691, Güemes. Teléfono (0351) 434-4105/4115 o al mail bancomultitejidos.ecodaic@gmail.com
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