Niño fue atacado en Cosquín. El primo chupó el veneno y lo cargó a buscar auxilio.
Rodrigo Molina (9) estaba con sus primos en el cerro Pan de Azúcar, en Cosquín, juntando frutas para llevar a su casa. La expedición marchaba bien hasta que el pequeño accidentalmente metió su pie izquierdo en un pozo y fue picado por una víbora yarará. Rodrigo fue derivado al Hospital Domingo Funes de Santa María de Punilla y de allí fue trasladado al Hospital de Niños donde evoluciona favorablemente.
Su madre, Paula, contó que Rodrigo estaba en la montaña y cuando la serpiente lo mordió comenzó a gritar desesperadamente: «Me picó una víbora, me voy a morir».
«Con los gritos, dos de mis sobrinos salieron corriendo a buscar ayuda y uno se quedó con él sin entender nada porque es sordomudo. Mi hijo, de la bolsa donde traía las frutas, sacó un durazno y se lo tiró en la espalda a mi sobrino para que se diera vuelta y con las manos le explicó lo que le había pasado», contó Paula Molina.
Desesperado, el primo sordomudo del pequeño succionó el veneno de la herida y cargó a Rodrigo en el hombro. Lo bajó hasta un puesto policial y de allí un patrullero lo trasladó al hospital zonal, desde donde fue derivado al Hospital de Niños de esta ciudad.
«El pequeño está internado en terapia intensiva y evoluciona favorablemente. Por las lesiones que tiene en el pie y la mejoría creemos que fue atacado por una yarará. Se le han suministrado las dosis de suero y por suerte evoluciona bien», indicó la doctora Claudia Curi, jefa de guardia del Hospital de Niños.
«Él contó todo lo que le pasó, si sigue bien en unos días lo pasarán a la sala y le darán el alta el fin de semana o la semana que viene», aseguró Paula.
A tener en cuenta. Desde el centro de Zoología Aplicada de la UNC informaron que en Córdoba se registran un promedio de 45 a 50 accidentes ofídicos por año. Además, destacaron que de ese número, casi el 90 por ciento de los ataques son de la especie «Yarará».
«Los departamentos de Punilla y Colón tienen una alta incidencia de accidentes porque son departamentos muy habitados y esta especie, que es la ‘Yarará chica’, habita en el norte y centro de Córdoba, es muy común en las sierras», indicó Gustavo Leynaud, especialista del centro de Zoología.
El profesional destacó que el ataque de una víbora «destruye el tejido en la zona de la picadura, se produce un enrojecimiento intenso, una hinchazón fuerte y dolorosa, trastornos generales y, en particular, en la coagulación y moretones». «Con urgencia se debe aplicar el suero antiofídico y el paciente debe ser hospitalizado en la mayoría de los casos», aconsejó Leynaud.
«Las serpientes no construyen un nido, son de actividad crepuscular y nocturna en el verano, por lo que para evitar accidentes hay que movilizarse por lugares abiertos para ver el camino, no dejar amontonados escombros, troncos, cosas que le pueden dar refugio a la víbora, tener cuidado al levantar piedras y tener protegido miembros inferiores ya que más de la mitad de los accidentes ocurren en tobillos y pies», agregó.
Desde el Centro de Zoología recomiendan evitar los remedios caseros en caso de picadura como torniquetes o succionar el veneno en la herida ya que esto empeora el cuadro.
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