Unión por Córdoba ganó en la provincia. De la Sota, el ganador que se fue. Con el 30 por ciento de los votos, Unión por Córdoba ganó las Paso. Pero De la Sota no fue a los “festejos” y voló a Carlos Paz, cercada por el fuego.
El peronismo oficialista obtuvo casi el 30% de los votos; la UCR quedó en segundo lugar con el 22,20 por ciento. Le siguió Baldassi (PRO) con 12,15%; Scotto (FpV) con 10,87%; y Riutort (Fuerza de la Gente) 6,82%. La Izquierda alcanzó el 5,62% y Cavallo no alcanzó el piso para participar en octubre.
Con un holgado triunfo, Unión por Córdoba ganó ayer las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias en toda la provincia, obtuvo casi el 30 por ciento de los votos y se ubicó a más siete puntos de la segunda fuerza que fue el radicalismo.
El gobernador de Córdoba se traslado a Carlos Paz, el fuego que azota al sur de Punilla quemó el libreto que José Manuel de la Sota había escrito con prolijidad para anoche. Fue, paradójicamente, un baldazo de agua en la estrategia de comunicación del gobernador, quien, pese a todo, se vuelve a proyectar como unos de los “presidenciables” tras la tremenda caída que sufrió el kirchnerismo en todo el país.
Pero lo cierto es que De la Sota quería aparecer en vivo por la tele a la hora en que los argentinos cenaban y se desayunaban con la derrota del kirchnerismo. Quería mostrar su sonrisa de candidato perfecto. Y, sobre todo, quería enviar una serie de mensajes.
Pero no pudo ser como él lo había guionado porque decidió, a eso de las 19.30, subirse al helicóptero y volar hacia Carlos Paz, donde las llamabas no daban tregua.
Los resultados de anoche–creen en el corazón del poder político cordobés, el Centro Cívico– le sonríen a De la Sota: a la derrota del kirchnerismo, los delasotistas cordobeses suman:
1) El triunfo de la lista que encabezó Juan Schiaretti, quien se impuso en la interna a Martín Llaryora, también de buena elección. Entre ambos sumaban anoche (al cierre de esta edición) 550 mil votos, el 30 por ciento de las voluntades. Así, el radicalismo quedó segundo, a 142 mil votos del PJ en toda la provincia, lo que representa el 22,1 por ciento.
2) La “recuperación” de la Capital –el distrito más esquivo a De la Sota en la última década–. En la ciudad, Unión por Córdoba (la suma de votos de Schiaretti y Llaryora) sumó 155 mil votos, el 20,7 por ciento, contra los 143 mil votos que juntó la UCR en sus tres boletas, el 19,1 por ciento. Como se sabe, Ramón Mestre jugó a fondo en la ciudad: avaló la postulación del mejor candidato de ese partido, Oscar Aguad, y sumó a su hermano Diego a la lista, con el “anabólico” del apellido Mestre en los afiches y las boletas.
Así, Aguad tuvo más votos que Schiaretti en la ciudad de Córdoba, pero Llaryora y su gente aportaron a Unión por Córdoba los votos que le permiten a DLS marcarle, ahora, la cancha Mestre (ver páginas 6 y 7).
3) El peronismo sumó un cacique territorial donde no lo tenía: en el este de la provincia: Llaryora se impuso con autoridad en el departamento San Justo y en la franja del extremo este, allí donde Córdoba parece Santa Fe. Al fin de cuentas, eso tenía que hacer Llaryora: recibirse de coronel subordinado (ver página 4).
4) Quienes son irreconciliables adversarios de DLS, kirchneristas y juecistas, quedaron relegados a lugares de escaso peso: los K en cuarto lugar, con 199 mil votos (11 por ciento, a 20 puntos de Unión por Córdoba) –ver página 9–; y el Frente Amplio Progresista (61 mil votos, 3,4 por ciento) –ver página 11–, debatiéndose entre desaparecer o mimetizarse con los socialistas, renunciando por ahora a cualquier forma de amenaza política. La sorpresiva elección de Baldassi en su debut provincial –potencial aliado y adversario a escala nacional– aún no tiene una lectura unívoca.
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A nivel nacional, los resultados de las Paso de ayer abren un nuevo panorama político de cara al futuro, particularmente por el triunfo de Sergio Massa en provincia de Buenos Aires y la magra cosecha de votos del kirchnerismo en varios distritos clave del país. En el mayor distrito electoral, el delfín del cristinismo, Martín Insaurralde, quedó a seis puntos del intendente de Tigre.
El Frente para la Victoria también perdió en provincias con gran cantidad de electores, como Santa Fe (quedó tercero), Mendoza (segundo detrás del radicalismo de Julio Cobos) y Córdoba (en cuarto lugar y con un pobrísimo 10 por ciento de los votos). No obstante ello, el kirchnerismo conservará la mayoría parlamentaria.
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