Relajarse durante las vacaciones no necesariamente implica ganar kilos. Se puede disfrutar sin abandonar los hábitos alimentarios saludables. Cuál es la receta…. Durante el verano, las personas engordan un promedio de cinco kilos. Aunque no necesariamente se come más, la alimentación es peor. La ausencia de horarios, el escaso descanso, la comida poco saludable, la falta de ejercicio y la distensión suelen ser las principales causas que llevan a la mayoría a ganar peso.
De todos modos, relajarse no tiene que significar volver a casa con unos kilitos de más. Se puede disfrutar de las vacaciones o escapadas sin abandonar los hábitos alimentarios saludables. La receta está en saber elegir y organizarse.
La médica nutricionista y directora de la Sociedad Argentina de Estética y Nutrición Integral (Saeni), Andrea Miranda, brinda las claves para organizar un plan alimentario en vacaciones.
Desayunar bien. No llegar con el estómago vacío al río, la pileta o la playa. El riesgo de sufrir mareos o bajones de presión se acrecienta.
Comer cada cuatro horas. Así, el organismo tendrá energía disponible para funcionar y llegar a la hora de la cena con menos ansiedad.
Agua todo el tiempo. Lo recomendable es beber entre dos y tres litros diarios, sin esperar a tener sed para hacerlo.
Frutas y verduras sin restricciones. Son alimentos indispensables para un saludable menú de verano. Hidratan y son portadoras de una gran cantidad de vitaminas, fibra, minerales y antioxidantes naturales.
Stop a las tentaciones. Ensaladas, yogures, sándwiches de vegetales, barritas de cereal, frutas deshidratadas (orejones o pasas de uva), frutas secas (nueces o castañas), helados de agua, gelatinas con frutas, brochetes de pollo y verduras, pickles, rollitos de queso y jamón son algunas de las alternativas saludables recomendadas para llevar.
Saborear y disfrutar cada bocado. Hay tiempo más que suficiente para sentarse y relajarse a la hora de comer.
Comidas pesadas out. La digestión de fritos y otros alimentos con alto contenido graso es mucho más lenta y, junto a las altas temperaturas, pueden provocar que la tensión disminuya y aparezcan malestares.
La heladerita portátil, una aliada imprescindible. Conservar los alimentos de manera adecuada y cuidar de no interrumpir la cadena de frío de carnes y lácteos.
Cuidado con las bebidas con alcohol. Aceleran la pérdida de agua y el organismo elimina más líquido del que consume.
Ponerse en movimiento sin exigencias. Una alimentación saludable debe estar siempre acompañada por la realización de actividad física. Una caminata es un ejercicio más que suficiente. Evitar ese paseo en las horas centrales del día.
Cómo mantenerse hidratado
El ser humano elimina diariamente un promedio de 2,3 litros de agua, no solo al ir al baño, sino también mientras respira y transpira. Los días en que el clima agobia, esa cifra aumenta drásticamente. Entonces, al perder más cantidad de agua de la que se ingiere, la persona se deshidrata con riesgo de sufrir un golpe de calor.
» Tomar de dos a tres litros de líquido por día.
» Evitar las bebidas azucaradas (jugos, gaseosas y energéticas).
» No beber alcohol.
» Cuando la temperatura es muy alta, no consumir infusiones muy calientes.
» Las bebidas demasiado frías provocan que se tome menos cantidad.
» Optar por jugos naturales de frutas sin azúcar agregado, batidos o smoothies de fruta a base de agua o leche, té helado, limonada con menta, tereré con agua o jugo light, leche o yogurt bebible descremado.
» Consumir frutas de estación (ananá, ciruelas, cerezas, damascos, duraznos, frutillas, melones, sandías, uvas).
» Algunas verduras contienen más agua que otros alimentos, las ideales son pepino, apio, tomate, acelga, ají verde, zanahoria, espinaca y zucchini.
Ag. de Noticias: Dia a Dia
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