Un aparato desarrollado en la UNC aumenta la concentración de espermatozoides saludables. Será probado en pacientes de la Maternidad Nacional… A pesar de que las técnicas de reproducción asistida han mejorado, aún es necesario realizar varios intentos hasta lograr la unión entre el espermatozoide y el óvulo para obtener el embrión.
Una forma de ganar eficiencia es mejorar la calidad de la muestra de esperma. El grupo de Laura Giojalas, investigadora del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), logra este avance con un dispositivo simple, pero que requirió una década de ciencia básica.
Giojalas ahora podrá probar su desarrollo en pacientes que participan del programa de fertilización asistida del Instituto Universitario de Medicina Reproductiva (Iumer) que funciona en el Hospital Universitario de Maternidad y Neonatología, gracias a un subsidio de la Agencia Nacional de Promoción Científica.
Ciencia básica clave
Anteriormente se pensaba que los espermatozoides llegaban solos hasta el óvulo. Pero Giojalas descubrió que el gameto femenino le marca el camino, como si fueran las migas de pan de Hansel y Gretel.
Y lo realiza con una señal química, la progesterona. La células que rodean al óvulo liberan esta hormona en un gradiente de concentración que aumentan mientras está más cerca del óvulo.
Los espermatozoides en buen estado son capaces de detectar esta señal. En una muestra común de esperma sólo el 10 por ciento de estos gametos es saludable. El dispositivo del grupo de Giojalas logra imitar este mecanismo natural y aumentar la concentración de espermatozoides saludables a un 200 a 400 por ciento.
De esta forma se mejora la eficiencia de los procedimientos de reproducción asistida. Además, el método será usado para analizar la calidad fisiológica de las muestras de semen, a fin de ofrecer un diagnóstico de los pacientes.
“Nuestra idea es usar el test para poder diagnosticar qué tan bien se comportará el semen analizado si se lo somete a tratamientos de fertilización en el futuro, tiene valor predictivo”, explica la investigadora a la agencia UNCiencia.
El dispositivo es una pequeña cámara de acrílico con dos compartimentos unidos por un conducto. En uno de ellos se coloca el esperma y, en el otro, una solución con progesterona. Los espermatozoides saludables se sienten atraídos por la hormona y se trasladan al otro compartimento. El resultado: la muestra de esperma mejora su calidad.
En estudios in vitro , Giojalas demostró que la muestra resultante está compuesta por espermatozoides capacitados, esto es, que no tienen daños en su ADN, sin estrés oxidativo y que pueden atravesar el óvulo.
Actualmente, hay 70 millones de parejas infértiles en el mundo. Entre el 15 y 20 por ciento de las parejas en edad reproductiva tiene problemas de fertilidad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Giojalas patentó su invención Estados Unidos, Europa y Japón, donde se realiza el 80 por ciento de los tratamientos.
Tratamiento gratuito
Para todos. El Instituto Universitario de Medicina Reproductiva (Iumer), creado este año en la Maternidad Nacional, facilita tratamientos de fertilización asistida a las personas que no tienen obra social.
Fuente: La Voz
Comentar post