El cohousing es un estilo de vida que en el mundo tiene decenas de años. En Argentina, recién se empieza a delinear y ya tiene varios interesados. Una alternativa para vivir la vejez en compañía.
Para 2050, el 22 por ciento de la población mundial tendrá más de 60 años, el doble de lo que tenía en 2000. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ese grupo de edad pasará de 605 millones a 2 mil millones en el transcurso de medio siglo.
Este fenómeno obliga a que el tema de la vejez sea tomado en consideración. No en vano las diferentes organizaciones que velan por los intereses de los adultos mayores insisten en la necesidad urgente de crear conciencia para que haya políticas públicas inclusivas para los más viejos.
El aumento de la esperanza de vida, la mejora de la calidad de vida de las personas mayores y el descenso de la fecundidad son las principales causas del envejecimiento demográfico. En ese sentido, incluso las personas ya están pensando en vivir la adultez de otra manera, en espacios más originales, con alternativas más saludables y en compañía.
El cohousing, por caso, es un fenómeno consolidado en Dinamarca, Suecia y Estados Unidos que los adultos mayores eligen como una opción al geriátrico o la casa de los hijos. Aunque tiene más de 50 años, la tendencia se está haciendo más visible en otros países, incluida Argentina, donde las personas ya miran con buenos ojos la posibilidad de vivir sus últimos años rodeados de amigos, afecto y cierta independencia.
La traducción literal del inglés sería cohabitando, y concretamente es un pueblo o comunidad que comparte gastos y servicios comunes, además de realizar actividades sociales y recreativas y disfrutar la vida con pares.
Esta forma de habitabilidad es una opción al geriátrico o la vivienda familiar. No son muy habituales, pero en el país ya existen lugares con servicios específicos para personas mayores. Un lote rural en Posadas, un edificio en el barrio porteño de Belgrano y un complejo en la localidad bonaerense de Tapalqué son algunos de los ejemplos.
Consultada por Tu Día, la doctora en derecho Isolina Dabove resumió que es una forma alternativa de vivir la ancianidad. «En el país, aún no se ha popularizado. Pero los primeros experimentos están dando resultado. Es una modalidad interesante porque permite a varias personas mayores vivir juntas, compartiendo los gastos. Claro que tiene sus ventajas, como contras también», explicó la especialista en derechos de la vejez.
Los pro y los contra. Uno de los principales beneficios es la compañía. Para Dabove, la vida en compañía alarga la calidad de vida y la cantidad de años. Es altamente positivo desde el punto de vista emocional y favorece la salud mental. La autonomía, la protección y la división de gastos son otras de las ventajas.
La gran desventaja, en tanto, es el poder adquisitivo. Los emprendimientos particulares que comienzan a darse en Argentina, en general, involucran a personas de clase media que ya cuentan con una propiedad y que estarían en condiciones de compartir, o que tienen capacidad financiera para comprar o alquilar en un complejo. De todos modos, la letrada consideró que no es imposible.
En ese sentido, la experta advirtió que esta modalidad va más allá de la alternativa al geriátrico o la familia, al convertirse en una opción a la vivienda en general. «El crecimiento en la calidad de vida hace que las personas resuelvan de forma novedosa cómo prefieren vivir su vejez. Sería más bien la posibilidad entre vivir solos y dejar de vivir con la familia», aclaró.
En regla
Desde el punto de vista legal, Dabove advirtió que antes de iniciar cualquier acuerdo de partes o contrato, hay que hablar con un profesional especialista en derechos de la vejez. «La fuente del cohousing es un acuerdo, y la autonomía de las partes en el mundo jurídico se plasma a partir de contratos», subrayó.
Córdoba, pionera
Sobre la posibilidad de que en la provincia cordobesa prospere un emprendimiento de este tipo, la especialista dijo que es altamente posible.
«Córdoba tiene alta conciencia positiva de la vejez. Hay instituciones pioneras en la integración de adultos mayores, como el Cepram y la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Y su sociedad es abierta y positiva respecto de la vejez. A eso hay que agregarle el dato climático, ya que la provincia cuenta con un clima mediterráneo», explicó.
Ag. de Noticias: Dia a Dia
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