En invierno, aumentan los casos de enfermedades respiratorias, sobre todo en niños y adultos mayores. Cuáles son las más comunes y cómo prevenirlas. Con los primeros fríos, y la inminente llegada del invierno, las enfermedades respiratorias tienden a incrementarse
Los niños de entre 6 meses a 2 años de edad son propensos a sufrir cualquiera de las cuatro afecciones más comunes. Si bien las mismas a veces no pueden evitarse completamente, ciertos cuidados ayudan a disminuir las posibilidades de contagiarse.
Liliana Kremenchuzky, jefa de pediatría de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina, explica cuáles son los males más habituales, cómo se pueden prevenir y en qué casos requiere consultar de inmediato al médico especialista.
Catarros en vías superiores
Se trata de la más leve de las enfermedades respiratorias. Se presenta cuando un virus ingresa al cuerpo, generando abundante mucosidad, que se escurre por la garganta.
Sus síntomas son moco continuo, tos por la noche y catarro leve.
Si se trata de catarro de las vías superiores, no hay un tratamiento específico. Si la tos es molesta durante el sueño, se recomienda hacer dormir al niño semisentado para que la mucosidad no baje a la garganta. Esta patología, en general, no presenta fiebre pero suele darse a repetición durante el primer y segundo invierno del bebé.
Laringitis
Las laringitis subglóticas (por debajo de las cuerdas vocales) también se producen por virus, que se alojan allí produciendo una inflamación de la laringe. Esta patología se da repentinamente y en general por la noche.
Sus síntomas son tos de perro por la noche de forma brusca, sensación de ahogo y respiración forzada.
Hay que concurrir al pediatra, quien decidirá el tratamiento. El frío como el calor húmedo, pueden aliviar la sensación de ahogo y la tos, lo mismo las nebulizaciones. Estos episodios se repiten varias veces durante la primera infancia, y luego desaparecen.
Bronquiolitis
Es una afección causada por distintos virus y sucede en niños pequeños, hasta los 2 años de edad. Es una inflamación de los bronquios y bronquiolos, lo que permite que el aire entre pero que le cueste salir. La bronquiolitis puede desencadenar una menor saturación de oxígeno en sangre.
Sus síntomas son silbidos en el pecho, espiración de aire prolongada, dificultad para respirar, falta de apetito, falta de sueño, hundimiento de las costillitas y del hueco supraclavicular, movimientos en la panza y fiebre ocasional.
Acudir con urgencia al pediatra. El médico le recetará un bronco dilatador en aerosol que aliviará los síntomas y oxígeno si es necesario. Dependiendo de la intensidad, puede ser necesaria la internación.
Neumonía
Es una infección causada por bacterias, de las cuales el neumococo es la más común. La misma se produce cuando las mucosidades de los chicos poseen los gérmenes que luego se alojan en el pulmón, condensándose allí, para luego causar una infección.
Sus síntomas son dificultad para respirar, tos, falta de apetito, falta de sueño y fiebre.
Es importante la atención médica inmediata. El pediatra recetará un tratamiento con antibióticos, lo que aliviará los síntomas y combatirá la infección pulmonar.
Cómo evitar el contagio
» Lavar las manos, es una gran fuente de transmisión de virus y bacterias.
» Evitar los ambientes de fumadores.
» No dejar a los chicos o bebés con personas que presenten síntomas de gripe, resfrío u otras enfermedades respiratorias.
» Lavar los objetos de los chicos.
» Tener el calendario de vacunación al día. Las vacunas previenen muchas de éstas enfermedades.
» Extremar los cuidados en caso de prematuros, con patología de base o que asistan a guardería.
» No asustarse y concurrir con urgencia al médico pediatra.
Hay que completar el calendario de vacunación
Los niños de entre 6 meses y 2 años de edad deben recibir también el esquema de vacunación antigripal, con dos dosis. Al respecto, los especialistas advierten sobre los riesgos de un esquema de vacunación incompleto.
Para que la protección sea efectiva, los pequeños deben cumplir con el esquema de dos dosis, la segunda es de suma importancia y debe aplicarse al menos 28 días luego de la primera dosis. La primera dosis prepara al sistema inmunitario, mientras que la segunda ofrece protección inmunológica.
En ese sentido, Daniel Stamboulian, infectólogo y presidente de Funcei, precisó que además de tener el esquema de vacunación completo, es importante recibir la vacuna antigripal cada año. «Su protección sólo es efectiva por ese lapso y todos los años se modifican las cepas incluidas en la vacuna según los tipos de virus circulantes en esa temporada».
Fuente: Dia a Dia
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