La necesidad inmediata de acompañar comercial y socialmente la evolución de las redes sociales sin tener conciencia de los datos personales que están publicando en estos medios.
Para que tengamos una idea, las últimas estadísticas indican que en la región la audiencia conectada a internet creció 15% en 2010, al pasar de 96,6 millones a 111,4 millones de personas. En la Argentina, ese público alcanzó los 12,8 millones el año 2010.
Si nos detenemos a analizar cuánto de nuestra información personal y privada se encuentra almacenada en las diversas redes sociales, veremos que es posible generar un perfil bastante detallado de nuestra identidad, el cual contendrá datos personales propios y de terceros (familiares y amigos), tendencias políticas y religiosas, situación patrimonial y socioeconómica, gustos varios, antecedentes laborales, experiencia profesional, etc.
Según las últimas estadísticas, los usuarios de las redes sociales no están conscientes de los riesgos que implican la publicación de sus datos personales e indican que el 41% de los niños, entre 8 y 17 años, y un 44% de los adultos mantienen sus perfiles disponibles y sin restricciones para ser vistos por todos los usuarios de Internet.
Esta exposición genera situaciones ya conocidas, como los casos de secuestradores que haciendo uso de la información publicada en las redes sociales pudieron determinar sus víctimas de acuerdo a situación económica, dirección, lugares que frecuentan, familiares y amigos.
En complemento, están creciendo otros fines maliciosos relacionados a disponibilidad de información personal, como el cyberbulling (ciberacoso escolar entre menores), las suplantaciones de identidad o la creación de perfiles falsos para perjudicar la imagen de terceros.
Por otro lado, la gran cantidad de los datos personales almacenados en las redes sociales es información muy codiciada.
Frecuentemente escuchamos las noticias sobre posibles «fugas» de datos personales por parte de estas compañías hacia publicistas, desarrolladores de aplicaciones u otras organizaciones.
En la actualidad, no existe ningún organismo que se encargue de regular fehacientemente el tratamiento de los datos personales en las redes sociales, lo que deja abierta una brecha en la seguridad de la privacidad de sus usuarios.
Debemos ser conscientes que la principal causa de problemas de reserva viene dada por la propia actividad de los usuarios, y la información que deciden compartir en «el mundo virtual».
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