A seis meses de los saqueos del 3 y 4 de diciembre, dos de los comercios que fueron un emblema de aquellas 35 horas de caos intentan ponerse en pie. En varias cuadras a la altura del 3800 de la avenida Donato Álvarez fueron saqueados una decena de comercios.
Fue uno de los epicentros de los hechos violentos ocurridos tras la huelga policial. En esa avenida de barrio Argüello Norte, varios negocios fueron arrasados, entre ellos una farmacia que nunca más se recuperó.
Pero además se produjeron allí dos de los episodios más tristemente recordados por los cordobeses: un Mini Cuotas Ribeiro fue devastado, en tanto, en la vereda de enfrente, a unos 30 metros ardía una pequeña ferretería, un emprendimiento familiar que tras 24 años de ir creciendo de a poco, se esfumó en un abrir y cerrar de ojos.
Desde lejos y en medio de la confusión de la madrugada del cuatro de diciembre podía divisarse la columna de humo que crecía y crecía en Casa D’Todo, la ferretería ubicada al 3.840 de Donato Álvarez. Mientras, su dueño, Rubén López, cuidaba a su familia asustada en su hogar, ubicado en la vereda opuesta, a pocos metros del local comercial que dos décadas atrás comenzó a trabajar con su padre.
“Yo tenía que elegir entre lo material o lo sentimental. Ni lo pensé, mi mujer y mis hijos son mi vida. Me quedé con ellos, a cuidarlos. Esto era tierra de nadie”, recuerda con dolor.
Cerca de las 2.40 de la madrugada un vecino lo alertó: las llamas avanzaban sobre el negocio e intentó sofocarlas buscando alguno de los ocho matafuegos que tenía, pero no encontró ninguno. Todos habían sido robados.
A poco de lo ocurrido, el comerciante escribió en la persiana del frente de su local: “Estoy vivo y volveremos”, para desmentir las distintas versiones que lo dieron por muerto en varias oportunidades. 160 días después escribe: “Volvemos en julio”.
López avanzó con un juicio contra el Gobierno provincial porque se sintió “abandonado” y culpó al gobernador José Manuel de la Sota de “actuar con inoperancia y negligencia”. Contabiliza sus pérdidas en tres millones de dólares, por lo que el crédito de 200 mil pesos que se ofrecía desde la Fundación del Banco de Córdoba fue “absolutamente insuficiente”.
Con la mirada siempre puesta a futuro Federico Lacase, gerente de la sucursal de Mini Cuotas Ribeiro, intenta buscarle una enseñanza a la pesadilla que le tocó vivir a lo largo de aquellas 35 horas de saqueos. Federico, evita recordar y destaca que pese a lo que les tocó vivir las 20 familias, hoy conservan sus puestos de trabajo. “Nos recuperamos por los buenos clientes y la empresa que respetó los puestos de trabajo, pese a que nos achicamos un 50 por ciento”, dijo el gerente.
Crisis política
Patear el tablero.Después de los saqueos del 3 y 4 de diciembre, el gobernador José Manuel de la Sota impulsó cambios profundos en su gabinete y renovó totalmente la cúpula de la Policía.
Afuera.Aquella crisis policial que se convirtió en política, que hizo caer la imagen positiva de la gestión delasotista en un profundo pozo, terminó con las salidas del entonces poderoso jefe de Gabinete, Oscar González, y la ministra de Seguridad, Alejandra Monteoliva.
Por una reestructuración que impulsó De la Sota, se eliminó la Jefatura de Gabinete y Seguridad dejó de ser un ministerio único, para convertirse en el actual Ministerio de Gobierno y Seguridad, a cargo de Walter Saieg.
Enfrentamiento.Los saqueos de diciembre también generaron un fuerte encontronazo de De la Sota con la Nación. El gobernador acusó a los K de no haber enviado a la Gendarmería, en medio de la huelga policial.
Fuente: La Voz
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